De lobos y vampiros

Capitulo 27

"¿Qué están haciendo ustedes?" -preguntó Bella. Se giró sobre las personas que la habían estado siguiendo durante los últimos minutos con un intento de mirar, pero ni siquiera pudo lograrlo. Después de todo, había dos únicas mujeres en el mundo con las que tanto ella como su lobo nunca podrían estar realmente furiosos. Enfadada y molesta, sí, pero tratar de mostrar cualquier signo de "déjame en paz" se hacía cada vez más difícil con el tiempo que pasaba con ellos.

-Siguiéndote -dijo Tanya-. Bella quería darle a la rubia mayor una respuesta grosera, pero la dulzura de la sonrisa de Tanya la hizo incapaz. En cambio, Bella solo podía maldecirse a sí misma por volverse tan suave por algo tan simple como una sonrisa.

Una prueba más de lo patético que me estoy volviendo. Simplemente genial. ¿En qué se estaba convirtiendo Bella? ¿Qué pasó con todas las reglas que se había dado a sí misma? No debería importarle los sentimientos de nadie o lo hermosas que eran sus sonrisas o cómo cuando cualquiera de sus compañeros mostraba su lado amable hacía que Bella quisiera ... ¡Maldita sea, contrólate!

-Si crees que te vamos a dejar patrullar a solas con un vampiro asesino que está suelto, uno que te ha elegido específicamente, eres un idiota -añadió Rosalie-. Cruzó los brazos sobre el pecho, con la cadera ladeada, lista para discutir con Bella tanto como fuera necesario. Sin embargo, Bella no discutió con ella. De hecho, el Alfa tampoco la miró. En cambio, Bella se dio la vuelta y continuó acechando a través de los árboles. El lobo estaba claramente molesto y temblando, y el destello de irritación de Rosalie por haber sido ignorada se convirtió en preocupación. -¿Bella?

El alfa no respondió, dejando que las rubias compartieran una mirada antes de seguir a su pareja. Algo andaba mal. Además de la situación de Victoria, claramente había algo más que estaba agravando a Bella. Ambas mujeres notaron cómo se ponía más tensa cada vez que las dos se acercaban a ella, y a pesar de que a ninguna de las dos les gustaba, redujeron la velocidad y la siguieron a la mayor distancia que podían soportar. Los vampiros entendieron que si no se mantenían a distancia, solo empeorarían las cosas para Bella, independientemente de sus sentimientos personales al respecto. Lo que fuera que estuviera comiendo el lobo era algo que tenían que esperar a que Bella dijera por su cuenta sin recibir presión de sus compañeros, verbal o físicamente.

Así como las dos rubias podían sentir el intenso estado emocional de Bella, Bella podía sentir sus propias emociones. Su amable preocupación, la calidez de su amor y cómo querían ayudar a calmarla, pero se contenían por su bien, ella podía sentirlo todo. No solo siente las emociones en sí, sino la fuerza que hay detrás. Empeoró todo.

La lujuria, Bella podía manejarla. Hacía tiempo que estaba acostumbrada a que la gente la deseara, y más que acostumbrada a desearlos a cambio. El amor, en cambio, era algo que siempre la aterrorizó. Desde El Incidente , Bella se había negado a permitirse amar. Como, sí. Estaba más que feliz de que le gustara la gente, y estúpidamente permitió que sus vínculos mantuvieran una profundidad siempre y cuando no cruzara esa línea. Ahora, ella no solo lo estaba cruzando, sino que ellos estaban correspondiendo. Y sabía lo que pasaría si se profundizaba más.

¡No empieces a quererme, por favor! No cuando estoy tan cerca de sentir lo mismo.

Sin embargo, los sentimientos estaban ahí, y por mucho que Bella lo deseara, se negaban a irse.

"No mereces amor. Sabes lo que la gente amorosa traerá. Ya sabes lo que les va a pasar -volvió a susurrar la cruel voz-. "Tú sabes cómo tu amor destruye a los demás. Has visto lo que sucede una y otra vez. ¿De verdad estás decidido a maldecirlos con tu amor?

¡Yo no! No lo haré. Puedo detener esto. Bella aceleró el paso, tratando de dejar atrás sus dos huellas, o tal vez solo sus propios sentimientos. Por supuesto, tratar de hacerlo fue estúpido; Eran vampiros y los sentimientos estaban enjaulados dentro de ella. Era obvio que sus huellas podían seguir el ritmo sin importar lo rápido que corriera, al igual que era obvio que sus sentimientos no iban a ninguna parte. Bella estaba atrapada con todos ellos y, por alguna razón, no podía odiar la idea.