Capitulo ocho

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    8. ¿Mi hijo?

Jennie hablaba amenamente con Rosé por el movil, sabía que la situación de la rubia no la volvería una parlante, pero aun así, buscaría la manera de alegrar a su amiga.

-Jenn, estoy llegando a la oficina, Alice esta muy sensible, pero por favor, no la dejes comer mucho azúcar, y Luca, anoche lo vi un poco raro, si ves cualquier malestar, llámame, iré de inmediato, quizá solo sea por el cambio de clima, pero...

-Rosé, tranquila, yo conozco muy bien a mi sobrino, así que esta a salvo conmigo, ahora ve a ser una tiburón en los negocios.

-Si Jenn, estaré en contacto.-La rubia termino la llamada, y camino a su oficina.

-Señorita Park.-La secretaria de su padre vio con emoción a la joven empresaria.

-Hola Cho.-Rosé abrazo a la secretaria, que recibió el abrazo con cariño.

-Lamento mucho la perdida de su padre, era un, gran líder, un asombroso jefe.-La mujer evito que las lagrimas rodaran por sus mejillas, los ojos enrojecidos mostraron que había llorado.
-Yo estuve en el funeral, pero no me acerque porque estaba con muchas personas.

-Gracias Cho, por haber estado, y gracias por seguir aquí.

-Es lo menos, tengo aquí unos pendientes, esta todo en orden, pero tienes mucha información que absorber.-La menor asintió, se había estado trasnochado leyendo y estudiando cada balance de su ahora empresa.

-Gracias Cho, estaré trabajando en mi oficina, por favor que no me interrumpan.-Pidió la rubia.

-Así será.-La mujer se retiró la rubia constantemente se escribía con su mejor amiga, que respondía con "estan bien" y una hora después recibió otro nuevo mensaje "los llevare al parque, necesitan el sol de california, el sol desértico de Australia" seguida de fotos de Jennie con ambos niños, la rubia sonrió tranquila aunque le preocupaba aun el estado de su pequeño después de la mala noche que paso.

Rosé hablaba con un  cliente potencial, sonreía casi victoriosa cuando casi lograba convencerlo de aceptar trabajar con ella.

-Si deseas, podemos agendar esta semana, si me da veinte minutos tu tiempo, te convenceré de que somos la opción para tu compañía.-La rubia hablo con seguridad, sabía que su encantadora voz lo convencería.

-Esta bien Roseanne, tengo disponible mañana a las diez y media.-Rosé levanto su brazo derecho emocionada en señal de victoria, mientras se recargaba completamente en el respaldo de su cómoda silla mientras veía por los ventanales la atiborrada ciudad.

-Llámame Rosé, ¿en tu oficina?

-Pues tu llamame EunWoo, y prefiero que sea en tu oficina, estaré ahí.-Respondió el empresario.

-¡Claro EunWoo, nos vemos mañana aquí a las diez treinta!.-Rosé terminó la llamada y no sé percato que en la puerta de su oficina estaba su ex esposa, escuchando sus planes.

-¡Lo siento Rosé, no la pude detener!-Se disculpó Cho asustando a la rubia que casi dio un salto de su lugar.

-¿Que carajos?-Solo pudo decir la rubia al ver a Lisa que la veía con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados.
-¿Que haces aquí Lisa?-Cuestiono Rosé.

-Venía a darte el pésame, y quería disculparme por no estar en el funeral de tu padre, era un gran socio, e incluso, un amigo, para este momento Cho ya se había retirado, y  Rosé sabía que Lisa no mentía, su padre cada día le decía lo gran persona que era su ex esposa, la rubia nunca le dijo que su esposa la engañaba, ni cuando le reclamo la decisión de divorciarse, si su padre se enteraba de la traición, habría preferido quedar en bancarrota.

-Lisa, hace casi dos años, nos divorciamos, no tenemos ninguna obligación con la otra, pero gracias por las condolencias.-Rosé se sintió orgullosa de su actitud firme y sin titubear.

-¡Rosé! ¿Porque no me contestas las putas llamadas? A Luca le comenzó a subir la temperatura, creo que tiene fiebre.-Jennie entró desesperada sin notar a la compañía, Rosé angustiada corrió a su amiga.

-¡Mami-Lloraba el pequeño.

-¡Lisa!-Alice grito emocionada al ver a su ex cuñada, con la que algunas veces jugaba mientras visitaba a su hermana.

-¡Vamos al hospital! Ven Alice, andando cariño.-Rosé tomo a su Hermana menor mientras salir con su pequeño hijo sin importarle que la castaña estaba ahí.

-Yo las llevo, conduzco más rápidos y las llevare al mejor hospital.-Lisa veía al pequeño y solo tenía una extraña duda, "¿es mi hijo?"

Intriga chaelisa (gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora