Una chica de otra dimensión, sin una explicación científica, cruza al mundo de Marvel, del cual era tan fanática. Conociendo los desastres de este universo, decide intervenir para tratar de cambiar el curso de los eventos.
A medida que intenta alter...
Thor rodó de las escaleras cuando volvimos a ser teletransportados por los conjuros de Doctor Strange. Thor cayó tan duro que mi rostro reflejó una mueca de dolor, sintiéndolo internamente como si me hubiera dolido a mi también.
— Puedes pararte Thor, me avergüenzas al frente del Hechicero supremo. ¿Si eres el hechicero supremo, no?
— Eso no te incumbe —respondió secamente sin emociones al reciente mendigando, siempre había sido muy reservado, aún con las personas que más lo conocían.
Thor se paró rápidamente del suelo, un poco incómodo por lo que le dije. Se limpió su campera ya que contrajo un poco de polvo. Mientras él hacía eso abría un portal hacia un callejón sucio y sin salida.
— Se encuentra al fondo del callejón —apuntó Strange con su mano abierta.
Suspira Thor aliviado por el gran favor que le hizo Strange al encontrar a Odín— Gracias...
— No olvides tu paraguas —recordó el hechicero.
— Ah sí —elevó su mano abierta, llamando a su mjolnir.
Del piso de arriba se oyó como muebles y objetos de vidrio se caían y se quebraban. Stephen frunció su ceño, ya que después él tendría que limpiar todo el desastre que causó Thor.
— Lo siento —atrapó a su mjolnir al fin terminando todo el recorrido de destruccion que causo—. Eso es —susurró Thor para sí mismo, sacudió el paraguas ya que consigo trajo vidrios rotos y polvo—. Creo que necesito mi hermano de vuelta.
— Exacto, creo que necesito a mi novio de vuelta —dije las mismas palabras que el dios del trueno, sólo intercambié unas palabras.
Strange levantó su mirada, al igual que sus cejas— Oh, si, claro —sus manos en un movimiento de círculo en el aire, abrió un portal, donde de él cayó Loki contra el piso en un fuerte estruendo.
— ¿Es tu novio? —se giró a verme, ya que estaba al lado suyo, su rostro cambió a uno confundido.
— No lo sé —moví mi hombro—. aún no definimos nada.
Loki mantenía sus puños cerrados de la ira, la sangre circulaban por sus venas pero parecía que aquella zona por su apretón, no circulaban, de un sacudón empujó su cabello hacia arriba junto a su cabeza, se notaba cómo se sintió humillado.
— Estuve cayendo por treinta minutos —gritó fuertemente con una furia acumulada sobre él.
— Desde ahora contrólenlo —sugirió tranquilamente Stephen.
— Si, claro. Muchas gracias por tu ayuda —Thor extendió su mano contra la de Stephen, siendo aceptada por parte de este.
— Suerte —deseó el hechicero supremo.
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— Va a controlarme, ¿tú quién eres? —con su magia, Loki, hizo que apareciera en sus ambas manos dagas—. ¿Te crees una especie de hechicero? —se acercó hacia Stephen—. Ni siquiera lo pienses, mago de segunda.
