Una chica de otra dimensión, sin una explicación científica, cruza al mundo de Marvel, del cual era tan fanática. Conociendo los desastres de este universo, decide intervenir para tratar de cambiar el curso de los eventos.
A medida que intenta alter...
Odín nos lleva a una sala donde se encuentra la representación en vida del Yggdrasil, el árbol de la vida, donde se podían ver los Nueve Mundos. La puerta fue abierta por dos guardias los cuales se inclinaron respetuosamente ante Odín, sus armaduras brillando bajo la luz tenue de las iluminación de la representación de los mundos. Al entrar, vi una vista majestuosa se desplegó del árbol Yggdrasil, los mundos responderían con cada uno su característico color y energía, creando un espectáculo visual que me dejó sin aliento.
Sus ramas se extendían hacia el techo, entrelazándose en un intrincado patrón que parecía tocar los confines del cosmos. Cada hoja y rama parecía estar viva, pulsando con una energía antigua y sagrada.
Fuimos encaminados por Odin al frente, llevándonos hacia una sala al lado de Yggdrasil. En esta sala en sus costados, contaba con estanterías a su vez con decenas de libros, al parecer cada una con historias de cada mundo.
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— Hay reliquias que datan de antes del mismo universo, lo que yace dentro de ella parece ser una de estas —explicó e informó Odín—. Los Nueve Mundos no son eternos. Tuvieron un alba y tendrán un ocaso —siguió hablando mientras de una estantería sacaba un libro de tapa de cuero.
El libro, al ser abierto, desprendía un sonido agudo y sus páginas resplandecían con una luz etérea. Cada página parecía estar imbuida con magia antigua y conocimiento arcano. Odín comenzó a pasar las hojas hasta llegar a una sección que trataba sobre los Elfos Oscuros. Las palabras escritas en una caligrafía elegante y enigmática brillaban en el tenue resplandor.
— Pero antes del alba, reinado de las fuerzas oscuras de los Elfos Oscuros fue absoluto y sin oposición —Dijo Odin mientras pasaba la página del libro, su rostro iluminado por la luz que emanaba de las palabras escritas.
— “Nacidos de la noche eterna, los Elfos Oscuros vienen a sustraer la luz” —leyó Thor una parte del texto de aquel libro—. Conozco las historias, madre nos contaba eso de niños —añadió Thor, su voz teñida de un recuerdo lejano.
— Su líder, Malekith, fabricó un arma con esa oscuridad, conocida como el Éter. Mientras que las otras reliquias tienen la apariencia de piedras —leyó Odín—, el Éter es fluido y siempre cambiante. Convierte la materia en materia oscura, busca cuerpos portadores y absorbe energía de su fuerza vital —cambió de página—. Malekith trató de usar el poder del Éter para regresar el universo a un estado de oscuridad…pero luego de una eternidad de cruentas batallas, mi padre, Bor, finalmente logró el triunfo —explicó con sus propias palabras—, Instituyendo una paz que duró cientos de miles de años.
— ¿Qué más pasó? —preguntó Jane, haciendo que Odin pusiera su mirada en ella.
— A todos los mató —respondió con completa seguridad el rey Odin.
— ¿Estás seguro? —interrogó Thor—. Se dice que el Éter fue destruido con ellos y aún existe.
— Esos Elfos ya no existen —Odín pronunció sus palabras de manera clara y firme.
