Revelación de identidades.

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Todos se dirigieron a los juegos. Cuando llegaron al lugar, Marinette observó los juegos que había y todos le llamaron un poco la atención, ese lugar se veía bastante genial, tenía muchos juegos, muchas luces y todo se veía divertido. Pudo ver como Nino corría para golpear topos, Adrien iba al juego de encestar y Alya corría para bailar. Ella se quedó quieta, sin saber qué hacer.

—¿Algún juego que te llame la atención, Marinette? —le preguntó Félix con voz suave.

—La verdad es que todos se ven llamativos, no sé por dónde comenzar —admitió —. Tal vez debería...

—Ven —Félix la tomó del hombro. Marinette solo lo siguió. De ese modo, Félix la llevó al juego que era parecido al billar, le explicó como funcionaba. Marinette comenzó a jugar, reía un poco y consiguió ganar fichas, su sonrisa de emoción era hermosa.

—¡Eso fue genial! —la azabache aplaudió, se veía tan feliz.

—Y esto apenas comienza.

Félix la llevo a distintos juegos, Marinette incluso jugó con los demás, se estaba divirtiendo mucho. Hubo un punto en el que Alya y Nino se encontraron en el juego de baile, al principio quisieron competir, pero después notaron que ambos eran grandiosos, por lo que decidieron unirse y enfrentaron a Diego y su novia, lo estaban pasando fenomenal, ambos descubrieron que tenían más cosas en común de las que pensaban.

Félix notó como a la azabache le había gustado un peluche de hamster, así que decidió que lo ganaría para ella. Por eso la dejo en un juego, para que fuera una sorpresa.

—Tú enamorado e intentando ganar... —Félix interrumpió a Plagg, debía esconderse.

—Lamentamos llegar tarde —en ese momento entraron Juleka y su mellizo, junto a Rose.

—¡Ya quiero jugar! —Rose comenzó a correr para acercarse a los juegos, Juleka la siguió con una sonrisa divertida en su rostro.

Luka solo se acercó un poco, quedando muy cerca de Marinette. Ella se emocionó al verlo y sonrió.

—Me gustó mucho tu actuación —dijo hablando con rapidez —. Cantas muy bonito —dijo del mismo modo.

—Muchas gracias —Luka sonrió —. Amo la música, creo que es más fácil expresarse mediante ella. La música es mi vida.

—Eso es muy lindo. Es lindo que puedas hacer lo que amas.

—Son oportunidades que te regala la vida y debes tomarlas —Marinette asintió. Si algún día ella encontraba alguna posibilidad, sin duda la tomaría —. Soy Luka —se presentó estirando su mano.

Los ojos de la azabache brillaron.

—Yo soy Ma... Ma... Marinette —no pudo evitar tartamudear, aunque estrechó su mano con la de Luka.

—Es todo un gusto Ma... Ma... Marinette —bromeó, aunque ella bajó la mirada sintiéndose avergonzada —. Solo intentaba bromear, lo lamento.

—Lo siento, yo soy muy tímida, es todo.

—Juleka es igual, pero tal y como le digo a ella: tienes voz, debes usarla, además, tú voz es muy bonita.

—¡Félix! —Adrien se acercó a su primo, quien ya tenía el hamster —, ¡Marinette está con Luka y le está coqueteando! —quizás Adrien estaba exagerando, pero debía conseguir que su primo reaccione.

Félix los vio y notó que simplemente estaban conversando. Suspiró.

—Si no le dices tus sentimientos, ¡la perderás para siempre! —le advirtió.

—Adrien, ves demasiada televisión —respondió Félix con total tranquilidad —. Una persona no se enamora solo con una conversación, existe la amistad.

—Es que tú no sabes de lo que hablas.

—¡Amigo, Alya y yo somos novios! —exclamó Nino emocionado —, ¡dijo que sí! ¡no puedo creerlo!

—Comenzaron a conocerse hoy y ya son novios —recalcó Adrien.

—Definitivamente las personas me sorprendente cada día más...

*

Después de un rato, todos se dirigieron al restaurante, en el cual decidieron que pedirían pizza para compartir y después (si es que todavía podían comer), pedirían postre.

Conversaron un poco, hablaron sobre el día que tuvieron y los tickets que habían ganado. Nino se los regaló a Alya, muy pocos los canjearon.

Al final, todos se despidieron. Adrien ya había llamado a su tía para que fuera por ellos. Félix se alejó un poco con Marinette, no quería que nadie los interrumpiera.

—Félix, gracias por acompañarme y jugar conmigo hoy —la azabache le entregó un peqjeño peluche de un gato negro —. Sé que te gusta Chat Noir y siento que los gatos negros van un poco con tu personalidad.

—Gracias, Marinette —él le dio un beso en la mejilla. Ese peluche lo haría pensar en ella siempre, era realmente adorable, aunque muy parecido a Plagg —. Yo vi que te gustó mucho este pequeñín y lo gané para ti.

—¡Gracias! ¡Amo los hamsters! ¡Siempre he querido tener uno!, se llamaría...

—¡Félix, Marinette, llegaron por nosotros! —Adrien interrumpió el tierno momento. Ambos solo sonrieron y comenzaron a caminar.

*

Esa noche, los superhéroes hicieron un patrullaje y confirmaron que todo estaba bien, después se sentaron para charlar un rato. Internamente Félix pensaba en que le gustaba Marinette y ya no le importaba romper la maldición del anillo, de todas formas... ser un superhéroe no estaba tan mal.

—Debo admitir que antes no quería ser superhéroe —susurró el felino —. Pensaba que nada de esto tenía sentido, pero ahora me gusta.

—Me pasó lo mismo —admitió Ladybug —. Pensaba que no era capaz, que no era digna de tener estos poderes, temía fracasar. Pero... somos un buen equipo, Chat Noir.

—Sí, ambos tenemos lo nuestro.

—¡Exacto! —Ladybug sonrió —, algún día enfrentaremos a nuestro enemigo y ganaremos, eso quiero creer.

—¿Nunca te has preguntado quién soy bajo esta máscara? —preguntó acercándose un poco, aún no tenían que volver a casa, podían conversar —, ¿no sientes curiosidad?

—Nunca pensé en eso —admitió Ladybug.

—Yo sí he sentido curiosidad —admitió —. Aunque quizás algún día llegue nuestra relevanción de identidades, quién sabe...

—Sí... quién sabe...

Internamente Marinette sintió miedo de ese día. Ella confiaba en él, lo consideraba un buen amigo, pero... ¿Qué pasaría si se decepciona al descubrir que la poderosa Ladybug es una chica con discapacidad? ¿Qué pensarían los parisinos? ¿Dejarían de confiar en ella?, ese era uno de sus mayores temores.

Mes Felinette.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora