Mes Felinette

Familia encontrada.

La hora de salida estaba cada vez más cerca, lo que mantenía nerviosos a ambos adolescentes, quienes no dejaban de pensar en la salida que tendrían.

—¿Me estás escuchando? —la azabache saltó ante la pregunta de su amiga, estaba absorta en sus pensamientos —, por la cara de miedo que pusiste, me doy cuenta de que no es así. Dime, ¿qué te tiene tan pensativa?

—Félix me dijo que pienso demasiado y necesito relajarme —Alya asintió, ella pensaba lo mismo —. Por eso me dijo que salgamos hoy.

—Amiga, eso me suena a una cita. ¡Por Dios! ¿Irán a cenar o algo así? —preguntó Alya emocionada.

—No lo sé, no me dijo nada —confesó la azabache —. Quizás ya se le olvidó.

—No digas eso, si te lo dijo es por algo —Marinette aún se sentía bastante nerviosa y Alya solo estaba incrementando sus nervios.

Félix también le contó lo sucedido a Adrien y a Diego, Nino estaba ocupado mareando (conversando, pero solo él hablaba) a Claude, mientras Miguel (otro de sus nuevos compañeros) reía. Sabía que Claude era alguien paciente, pero su cara delataba lo cansado que lo tenía Nino.

—¿Por qué no la llevas a casa? Estoy seguro de que lo pasarían bien —sugirió un sonriente Adrien.

—Claro, y así tú y mi mamá ponen nerviosa a la pobre Marinette, ni lo sueñes —Adrin rió sin poder contenerse y Diego hizo lo mismo.

—Podrían ir a un lugar especial, normalmente en las salidas uno va a comer o a comprar algo, eso es lo habitual —dijo Diego.

—Sí, es solo que no quiero que esta salida sea habitual —ambos compartieron una mirada, si Félix se escuchara se daría cuenta de lo enamorado que esta —. Quiero que sea un bonito recuerdo y que se relaje.

Diego se acercó a Adrien.

—Cuando se hagan novios se dará cuenta de que cada momento con ella fue especial —susurró.

—Y nosotros nos haremos los sorprendidos —respondió Adrien del mismo modo.

*

En cuanto la salida llegó, ambos se reunieron en la entrada del colegio.

—Pensé en algo que seguramente te gustará —dijo Félix —. Me gustaría sorprenderte, así que no te diré. ¿Quieres ir conmigo o prefieres volver a tu casa?

—Iré contigo, Félix.

Félix dejo que Marinette caminara primero, de ese modo él la siguió, caminando a su ritmo. Él la guió y fueron a la parada de autobuses, en cuanto el bus llegó, subieron y se sentaron juntos.

—Me emociona la idea de ir a un lugar desconocido, creo que le da algo de emoción a mi día.

—Yo solo espero que te guste lo que planeé.

—Estoy segura de que me gustará —Marinette sonrió. Félix pensó que su sonrisa era muy linda.

Después de un largo recorrido, finalmente llegaron. Marinette abrió mucho sus ojos y su boca también se abrió debido a la sorpresa. Según Félix, eso estaba bien, significaba que le había gustado.

—Recuerdo que me dijiste que te gustan mucho las películas de Disney y cuando vi que un musical se presentaría, pensé que te relajaría un poco —Félix no era un gran fan de Disney, pero conocía algunas películas.

—¡Me encanta! ¡Jamás he visto una obra de teatro en vivo! ¡Gracias!

Ver la emoción de Marinette le encantó, hizo que todo valiera la pena.

—Te ayudaré —había una rampa especial para no subir la escalera de entrada. Félix sujetó el hombro de Marinette y la ayudó a subir, lo hicieron de modo lento. Después se dirigieron al ascensor y llegaron, el lugar estaba bastante lleno.

La obra era La Sirenita.

—Debo decir que amo a Ariel, siempre me he sentido identificada con ella —admitió la azabache —. Ya sabes, ella quería tener piernas y hacer muchas cosas...

—Sé que tienes una discapacidad, pero puedes lograr muchas cosas, no lo dudes.

*

Cuando comenzó a sonar la canción "Bésala', Félix no pudo dejar de observar a Marinette. Su sonrisa, el brillo de sus ojos, como susurraba la letra de la canción y daba ligeros aplausos, todo eso lo cautivó, lo hizo ver a Marinette de un modo tan hermoso, tan especial que... de pronto, él quiso besarla.

Pero una akumatización (se sintió como un terremoto) hizo que todo eso se esfumara tan rápido como llegó.

—¡Cuidado! —Félix tomó entre sus brazos a Marinette y corrió con ella protegiéndola del peligro. Buscó algún lugar seguro hasta que encontró una habitación, la dejo ahí y se transformó.

*

Después de una exitosa batalla, ambos superhéroes se separaron.

Félix corrió para encontrarse con Marinette.

—En el caos se perdió mi bastón —le contó con un puchero, se veía bastante preocupada.

—La obra no podrá continuar hoy, pero mañana seguirá su curso, esto fue un inconveniente —avisó el encargado —. Tenemos un horario que cumplir —después de eso se dirigió a Félix y le contó que buscaron el bastón, pero probablemente alguien lo robó.

Les ofrecieron una cena de compensación o una silla de ruedas, pero Félix rechazó todo eso amablemente.

Félix llamó a su mamá y le pidió una mano y que por favor intente controlar a Adrien (Adrien y Amelie tenían personalidades muy similares, era difícil que se controlen).

—Hablé con mi mamá, ella vendrá por nosotros en su auto.

—Félix, no tienes que...

—No digas que molestas, porque esto fue mi idea —la interrumpió —. Además, piensa que ahora tienes una familia más grande, nosotros también nos preocupamos por ti.

《Algo así como una familia encontrada》, pensó Marinette sintiéndose muy conmovida. Jamás pensó que Félix le diría algo así.