¿Monstruos tratando de asesinarte a cada segundo de tu vida?, lo normal. ¿Dioses de hace miles de años pidiéndote favores sin importarles tu salud física y mental?, nada nuevo. ¿Misiones mortales en donde tu vida pende de un hilo y lo único que te d...
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Alyssa gruñó irritada cuando las puertas de la entrada del Instituto se abrieron ante ella. Salir a la vereda se sintió como introducirse en una bolsa de lona húmeda y caliente. El aire húmedo presionaba con fuerza sobre la ciudad, convirtiéndose en un caldo agobiante y mugriento.
- No entiendo por qué tenemos que ir separados del hermano Jeremiah.- refunfuñó Clary.
Alyssa gruñó mientras volvía a hacer un desordenado moño con sus rizados cabellos sobre su cabeza, despejando su nuca, cubierta de una combinación de claras cicatrices y pecas.
Estaban de pie en la esquina frente al Instituto. Las calles estaban desiertas a excepción de un camión de la basura que circulaba pesadamente más adelante.
-¿Es que le avergüenza que le vean con cazadores de sombras o algo así?
-La Hermandad son cazadores de sombras- indicó Jace. De algún modo, el joven conseguía parecer fresco a pesar del calor. Alyssa sintió ganas de abofetearle por ello. Gruñó de nuevo y comenzó a abanicarse con la mano.
-Supongo que fue a buscar su coche- dijo ella con sarcasmo.
-Algo parecido.
La muchacha sacudió negativamente la cabeza.
-Me sentiría mucho mejor si Hodge hubiese venido con nosotros.- murmuró Clary.
-Vaya. ¿No soy protección suficiente para ti?
-No es protección lo que necesito justo ahora, es alguien que me ayude a pensar.
Alyssa sonrió entretenida, cuando recordó algo de la nada. Se giró en dirección a su hermana con una ceja alzada. Iba a preguntarle, cuando Clary pareció recordarlo también de golpe, se llevó una mano a la boca con las cejas fruncidas
-¡Ah!- exclamó.- ¡Simon!
-No, soy Jace- repuso éste con paciencia fingida-. Simon es esa pequeña comadreja con el horrible corte de pelo y un pésimo sentido de la moda.
