Psicología del amor. | Hailee Steinfeld |

Capítulo 16 Como si nada.

POV Rachel. 

Johan: ¿Estás lista amor?

Rachel: Lista.- Le digo al chico que está de pie frente a mi en la puerta de mi casa.- ¿Estás seguro que les caeré bien a tus amigos? 

Johan: Si, tranquila.- Johan se acerca y deja un corto beso en mis labios.- Solo haz lo de siempre... Ser tu misma. 

Rachel: De acuerdo. 

Johan: Vamos.- Yo asiento y me giro para cerrar la puerta de casa. Después de aquellos segundos, ambos caminamos al auto y él muy amablemente me abre la puerta del auto y me ayuda a subir.- Arriba princesa. 

Rachel: Gracias amor. 

El chico manejo hasta un restaurante que ya he visitado antes y en el cual me encanta su lasaña. Al llegar al lugar, estaciona el auto y bajamos de él. Cuando entramos, fuimos recibidos por una chica del personal del restaurante, Johan le indico que ya nos estaban esperando, así que la joven nos guio hasta la mesa que le señalamos. 

X: Con permiso, en unos momentos viene mi compañera a atenderlos. 

Johan: Gracias.- La señorita asiente y se retira.- Hola chicos... 

María: Vaya, hasta que llegan. 

León: Si, ya se habían tardado. 

Johan: Ey, ey.- Dice con una pequeña risa.- Todavía no les presento a mi chica... Primero lo primero y ya después si quieren me regañan. 

Jacob: Si, ya dejen que presente a la chica. 

Johan: Gracias amigo.- El chico asiente, mientras que Johan toma mi mano y me pone frente a él.- Ella es Rachel, pero si quieren le pueden decir Rach. Es mi novia y quiero que la traten bien porque es una chica maravillosa... Y es psicóloga, así que podrá sacarles información por si se portan mal, sabrá como usarla. 

Rachel: Jaja prometo no hacer nada malo con lo que me digan.- Las cuatro personas que estaban en la mesa se ríen y nos invitan a sentarnos.- Mucho gusto. 

Paola: Que bueno que llego otra chica al grupo porque estos orangutanes ya nos tenían hartas. Bienvenida Rach. 

Rachel: Gracias. 

X: Buenas noches, ¿Puedo tomar su orden? 

Ordenamos cada uno de nosotros los que quería comer. Yo hice una gran elección porque desde hace mucho tiempo tenía antojo de sushi y el que preparan aquí es delicioso. Mientras nos traían la comida, comenzamos a platicar y aunque me hicieron un pequeño interrogatorio, no me sentí para nada incomoda. 

Paola: ¿Así que psicóloga eh? 

Rachel: Así es. 

Jacob: ¿Puedes leer las mentes de las personas?

Johan: Jajajaja es psicóloga no adivina. 

Jacob: Bueno, que casi igual. 

Rachel: Gracias por pensar que soy tan inteligente como para leer la mente.- Todos los demás se ríen y la verdad es que si causa gracias pensar que podemos adivinar que piensan nuestros pacientes.- Aún no descubro si puedo hacerlo, pero según yo... Mis capacidades no llegan a tanto. 

León: A ver...- El chico bebe un poco de su vaso y pone la mano debajo de la mesa.- Dime cuántos dedos estoy poniendo.

Rachel: Mmmm ¿Tres? 

León: ¡Si puedes leer la mente! 

María: Que idiota eres...- Dice la chica riéndose a carcajadas.- La mesa es de vidrio y es transparente, pudo ver tu mano.