(𝐕𝐢𝐜𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚)
Despierto lentamente sintiendo la mano de Alice en mi espalda, enlazándome. Estoy de lado, con mi pierna derecha sobre las de ella y mi sexo pegado a un costado de su cuerpo.
Lo primero que veo al abrir los ojos por completo es el lindo rostro de mi morena. Ella tiene una expresión tan relajada. Siento su pecho subir y bajar lentamente.
Miro hacia arriba y vi un par de aves volar por el cielo, con sus alas completamente abiertas. En ese momento es cuando me acuerdo de que estamos durmiendo en el balcón de mi habitación, todavía acostadas en la silla colgante.
El aroma de la mañana impregna mi nariz y nuestros cuerpos están un poco helados debido al frío que hacía.
Paso mi dedo índice por la punta de la nariz de mi morena, intentando despertarla. Ella la frunce, moviéndola de un lado para otro, incómoda con el toque, yo sonrío y continúo provocándola.
Alice pestañea y me ofrece una mirada entrecerrada. Me pierdo en aquellos ojos profundos, toco su mejilla y la atraigo para un beso suave.
—Buenos días, mi ángel— dijo con una sonrisa.
—Buenos días, cariño. Creo que deberíamos levantarnos, hace frío y si no queremos refriarnos lo mejor es entrar ahora— respondo con una sonrisa.
—Hmm. Tengo que ir fuera de la cuidad por temas de la empresa ahora en la mañana, pero volveré antes del anochecer lo prometo— dice la morena, mientras ambas entraban a la habitación.
—Esta bien, Pero por favor cuídate y no olvides comer, se muy bien que cuando estás muy consentrada no pruebas bocado.
Alice sonríe.
—No te preocupes, ma cuidare y comeré muy bien. No me puedo morir te dejaría viuda por segunda vez —dice con gracia.
—Si hay algo que nunca entendí fue tu humor y el de tu padre. A mí parecer es muy poco gracioso— digo con una ceja levantada.
—Es un "Mis traumas mis chistes", sabes uno a veces debe reírse de sus desgracias—responde mientras se acerca para besarme.
—Eres algo especial, ¿Te lo habían dicho?— digo, pasando mis brazos por su cuello mientras ella me sostiene por la cintura.
—Si, todas mis Exs me decían lo especial que era —provoco a la pelirroja.
—Ah mira tu, que buenos saberlo....Ahora suéltame porque quiero vestirme— comenté sin tomar en cuenta sus provocaciones.
Después de vestirme y de ser agarrada contra la pared por Alice que me da un beso, abre la puerta y se fue corriendo a su habitación.
(Ava)
Me desperté con una energía tremenda. Mientras estoy cepillándome los dientes, me acuerdo de lo que había visto en el balcón de Victoria, Sin duda tenia la razón, sabía que esas dos se tenían ganas hace mucho tiempo, tenías que ser ciego o estúpido para no notarlo....o ambos.
Salgo de mi habitación y bajo al comedor a desayunar.
Y allí estaban mis lesbianas favoritas. No les voy a mentir, jamás me perdería la oportunidad de hacer enojar a Alice.
—Muñequita, ¿te gustaría entrar a la piscina conmigo?— Ava habló con tranquilidad mientras miraba a la pelirroja.
—Claro, parece que el día va a ser hermoso así que, si me parece bien— responde la mayor, sin darse cuenta de que a la morena no le había gustado nada la idea.
—¿Y tú morena?, ¿Nos vas a acompañar?— pregunta la castaña, sonriendo mientras mordía su pan.
—Lamentablemente no tengo tiempo, tengo cosas importantes que hacer...a diferencia de otras— respondió lo último en un tono más bajo que la castaña pudo escuchar.
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Paradoja
RomanceAlice la hija de su difunto marido llega a vivir con ella a la casa, luego de extrañas y directas confecciones ambas deciden dar un paso más allá.