(𝐕𝐢𝐜𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚)
Estamos regresando a la mansión. Miro a la mujer pelinegra que está a mi lado, que conduce mi Mercedes y me pregunto si estos sentimientos que estoy teniendo son correctos. ¿Esto no es un error?, Alice es mucho más joven y la conozco desde niña, ¿acaso esto está bien?.
Lo que siento por Alice es totalmente diferente a todo lo que ya experimenté en la vida. Con ella todo es más intenso, auténtico como si fuera la primera vez. Me siento más viva cuando estoy a su lado.
Nunca me había enamorado. Antes de casarme nunca me había gustado nadie y mucho menos había tenido pareja.
James fue un amor Pero hoy por hoy tengo más que claro que lo que sentía por el era simplemente simpátia. A diferencia de lo que esta mujer me provoca. Ella me produce todo y cada uno de los sentimientos, dejándome sin aliento, hace que pierda el control completamente.
Cuando James murió, me prometí a mí misma que nunca me entregaría a alguien de nuevo, ya que pensaba que ya estaba demasiado vieja para eso.
Pero, Alice es otra cosa , todas las sensaciones que creí que ya no podría sentir, y otras que nunca había sentido, aparecieron, con más fuerza y magnitud, y aunque tengo miedo de estos sentimientos, quiero vivirlos en toda su plenitud.
Perdida en mis pensamientos, oigo una de mis piezas favoritas de Erik Satie, Gymnopedie No.1, una melodía triste Pero a mi parecer bastante relajante y conmovedora.
Sonrío y pienso lo acogedora que es la situación. Estamos regresando a la mansión, y por primera vez, podemos tener un comienzo.
Ahora tengo esperanza de que podemos hacer borrón y cuenta nueva con el pasado y luchar para buscar un nuevo horizonte para nosotras dos.
Percibo que también ella está sonriendo. ¿Pensará lo mismo que yo?.
—Me gusta. ¿Es de Satie Verdad?, me da la sensación de sueños, esperanzas, no lo sé...— dice ella con un tono de timidez.
Sonrió y digo.
—Nunca habia pensando en eso, Pero creo que tienes razón, si tiene una vibra de esperanza.
Me mira tiernamente y dice.
—Te amo, Victoria, te amo tanto que deseo que seas mi esposa.
Me quedo sorprendida por aquella súbita declaración y miro hacia ella, que continua mirándome, esperando una respuesta.
Cuando miro hacia el frente, solo tengo tiempo para gritar.
—¡ALICE!
Un enorme camión abansaba hacia nosotras, Alice gira el volante rápidamente, consiguiendo evitarlo, pero el vehículo derrapa por la humedad que produjo la lluvia fina que está cayendo.
Siento como toda mi vida pasa delante de mis ojos, dando vueltas incesantemente hasta que el Mercedes choca contra un árbol.
El impacto es mayor en el lado del conductor, pero mi cabeza choca contra el cristal de lado del pasajero y me desmayo.
No sé cuánto tiempo estuve inconsciente. Pero cuando finalmente me despierto, siento un líquido escurriendo por un lado de mi cara. Sangre, probablemente. Mi cabeza me duele y veo borroso.
Miro hacia un lado y el vidrio está trizado y veo hacia el otro lado y Alice está con la cabeza sobre el volante. Su cabello cubriendo su rostro y sus brazos caían por el costado de su cuerpo.
—¡Alice!, Alice cariño— la llamo, pero no obtengo respuesta.
Con mucha dificultad consigo quitarme el cinturón de seguridad y le levanto la cabeza. En ese mismo instante quedo aterrorizada.
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Paradoja
RomanceAlice la hija de su difunto marido llega a vivir con ella a la casa, luego de extrañas y directas confecciones ambas deciden dar un paso más allá.