Victoria despertó dándose vuelta al no sentir a Alice. Una desilusión y vacío se poso en ella. Cuando miró la almohada de al lado, vio que había un Lirio blanco.
Su flor favorita.
Aún recordaba haberle dicho eso a Alice cuando se habían conocido. Cuando Alice era aún una pequeña.
Tomo la flor y sonrió, mientras aspiraba su perfume. Era lindo que aún recordara un detalle como ese, que fue planteado en una charla fugaz.
Se levantó de la cama sintiéndose más feliz que nunca, sin acordarse de la última vez que había dormido tan bien.
Se dirigió al baño. Colocó el Lirio en un vaso con agua encima del lavabo y después de cepillarse los dientes, tomar un baño, se puso un vestido largo blanca liviano, bajó las escaleras y fue a tomar una taza de té.
En la mesa solo estaba sentada Ava.
¿Y Alice? Era la pregunta que no salía de la mente de Victoria, mientras comía.
Ella y Ava hablaban de lo que había pasado últimamente en la vida de cada una, Ava con más detalles que Victoria.
—Hice más orales en estos meses de los que había hecho en años— dijo la castaña mientras comía su pan —aun que sigo prefiriendo que me los hagan Pero, uno debe aprender de todo— prosiguió.
La pelirroja solo podía escuchar. Ava podía ser una persona muy... ¿Cómo decirlo?, ¿especifica?, ¿directa?.
—¿Tu que prefieres?
Ava al ver que Victoria había dejado de estar presente en la conversación solo pudo reír.
—Parece que mis aventuras sexuales son algo aburridas, ¿No es así muñequita?.
—Disculpame, Ava, estaba pensando en asuntos que tengo pendientes— fue la única excusa que se le ocurrió dar.
—¿De que tratan?, ¿Es algo grave?
—No, no te preocupes. Me estaba acordando de que queria ir a ver a los niños al hospital, fui hace poco Pero estar con ellos me llena el alma. Creo que ya me acostumbré a visitarlos— por lo menos eso no era del todo mentira, pensó la pelirroja.
Ava la miró de una extraña manera, como si estuviese queriendo descubrir algo.
Ava podía ser todo lo que quieran pero ¿despistada?, jamás, siempre percibió una "Tensión" diferente entre Alice y Victoria y ayer terminó por confirmar que a Alice parecía molestarle ver a Victoria tan cariñosa con ella.
Después de tomar su té, Victoria decidió pasar tiempo en el jardín, mirando y cuidando sus hermosas flores.
No paraba de pensar en Alice. En la forma en la que entró en su habitación y después le canto una canción. El gesto de recordar su flor favorita y dejarla en su cama.
Nunca pensó que Alice pudiese ser tan romántica.
La única vez que Alice la habia tratado con cariño fue esa vez que se conocieron, después, desde el matrimonio con James, Alice la había empezado a tratar con frialdad, crueldad y arrogancia.
Cuando comenzó a caminar más allá, siguiendo uno de los caminos de piedra del gran jardín, vio que Kali, el Golden de Alice, salía de detrás de unos grandes arbustos persiguiendo a un gato.
Al verla acercarse, el perro comenzó a saltar alrededor para que Victoria lo acariciará.
Victoria le sonrió, mientras era "víctima" de la ternura que le provoca aquel gran perro que la lamía y corría a su alrededor emocionado.
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Paradoja
RomansaAlice la hija de su difunto marido llega a vivir con ella a la casa, luego de extrañas y directas confecciones ambas deciden dar un paso más allá.