|13|

22 7 0
                                    

-Lamentamos mucho la tardanza, señorito Lee el personal esta algo corto-, el omega lo miro con ojos fulminantes pero no le respondió.

Extendió sus brazos y recibió a su cachorro envuelto en una linda manta azul cielo, regalo de Woojin hace unas semanas. El cachorro separo los labios y Félix entendió que tenia que alimentarlo.

-Ya puede irse, - gruño levantando los ojos para que el beta saliera de su habitación. Su presencia lo estaba incomodando, y el solo quería estar solo con su cachorro. - ¿Que espera? Largo-

-L-lo lamentó. hizo una reverencia y se fue cerrando la puerta.

Félix realmente odiaba su olor, desde que tenia memoria pasaban cosas así. Y cuando entro a la adolecencia este olor suyo llego a ser demasiado hostigoso. Aunque su padre le hizo olvidar eso ahora que estaba solo con un cachorro era alarmante para el.

El menor hizo un pequeño puchero y el corazón de Félix dio un revuelo y latió con fuerza en su pecho. Félix le beso las mejillas y descubrió su pecho, en menos de 4 segundos el cachorro atrapo su pezón y comenzó a comer como un desesperado.

-Tranquilo, bebé no iré a ningún lado- dijo mientras sostenía con cuidado el cuerpecito del cachorro. Mientras el pequeño Yeonjun comía mas despacio. - Eso, pequeño. Aquí estoy y no voy a irme a ningún lugar-

Los pequeños ojos del cachorro se encontraron con los suyos, tenia ojos grises y un pequeño lunar se alojaba debajo de su ojo derecho, sus labios eran medio rellenitos, su nariz pequeña como un botón, su cabello era negro y su piel era del mismo tono que la suya: algo bronceada. Sin embargo para Félix no había un bebé mas hermoso que el.

-Que hermoso eres, amor - liberó feromonas y Yeonjun pareció reaccionar a ellas quedándose dormido poco a poco.

Sonrió como un imbécil pero no podía evitarlo tener a su cachorro en sus brazos podía ser lo mejor para el. Y no necesitaba a alguien para criar a su hijo el podría hacerlo solo. No era el primer omega que lo hiciera después de todo.

Tampoco pensaba arriesgarse a que algún alfa se fijara en el y le haga daño a su cachorro, no, por eso se mantendría alejado de todos ellos y así evitaría cualquier desgracia. Porque para el su cachorro era toda su vida.

Con cuidado acomodo la cabezita del cachorro en su pecho y el menor ronroneo como un gatito frotando su nariz contra su cuello. Seguramente a el también le gustaba su olor y así era porque el era su madre. Eso lo hace recodar que cuando era niño amaba hacer eso con su padre.

Y su burbuja pareció reventarse cuando alguien entro a su cuarto. Irrumpiendo

 Irrumpiendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
||Yuanfen|| HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora