17. Pacto de guerra

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En un lugar no tan lejano...

Nuestras protagonistas se dirigían con el almuerzo entre sus manos hacia la mesa de Sus Majestades. Red se encontraba con el ceño fruncido mientras avanzaba hacia el comedor, sintiendo cómo la incertidumbre crecía en su interior al ver a Mirana sentada despreocupadamente junto a sus padres. No había rastro de su madre, ni del capitán, y lo que la inquietaba aún más era el hecho de que no había vuelto a ver al capitán desde que las sirvientas le hablaron acerca de las habladurías de Mirana. ¿Sería capaz de asesinarlos? ¿Cómo escondería los cuerpos si así fuera?

—¿Tu hermana no te había mencionado que no planeaba asistir al almuerzo familiar? —indagó el Rey de Corazones a la princesa blanca—. Es muy extraño que James y ella no hayan asistido.

—No, padre, únicamente la vi esta mañana cuando le llevé un té. Pero no te preocupes, deben estar disfrutando de su juventud como dos enamorados.

Mientras depositaba la comida en la mesa, Red sintió un escalofrío ante aquella respuesta. Estaba a punto de tomar una pala e ir a buscar por todo el jardín los cuerpos de sus padres. Lo peor era que en ese lugar los reyes solían tener la tradición de comer junto a sus criados como iguales, por lo que Red se vio obligada a sentarse en la mesa junto a Chloe, quien, como si pudiera leer sus pensamientos, la observó con preocupación durante gran parte del almuerzo

De repente, para alivio de la pelirroja, la puerta del comedor se abrió de par en par, dando paso a las dos personas faltantes en la mesa. Bridget llegó de la mano de James, ambos con una sonrisa.

—Disculpen la demora, Su Majestad. Teníamos un asunto importante que atender antes de venir —se disculpó el Capitán Garfio al llegar frente a los reyes.

—No se preocupen, aún pueden unirse. Apenas habíamos comenzado —los tranquilizó la reina, sin que dijera ninguna palabra los criados que estaban sentados a su lado llenaron sus copas de jugo y sirvieron sus platos, haciendo un espacio para los futuros reyes. Ante esto, cortésmente, ambos enamorados asintieron y se acercaron a la mesa, donde James aprovechó para ayudar a su esposa a sentarse.

—¿Qué asunto pudo hacerlos demorarse tanto? —preguntó Mirana con un toque de inocencia, aunque sus palabras llevaban un propósito frío. Siempre que podía, Mirana intentaba destacar la incompetencia de su hermana para manejar el trono, señalando desde la lentitud con la que realizaba sus tareas hasta su torpeza y amabilidad exageradas.

Hook estaba dispuesto a responder, pero la princesa de Corazones se adelantó.

—Bueno... —comenzó Bridget, algo insegura—. James y yo fuimos a ver a Absolem.

Tras decir esto, el sonido de un tenedor raspando con fuerza contra un plato resonó en la sala. Los padres de Bridget miraron a su hija menor con reproche por el ruido.

—Continúa, querida —la alentó su padre—. ¿Qué asuntos tenían que tratar con esa oruga? No me digas que estaba fumando cerca de ti.

—No, no estaba fumando. Dijo que el viento le había mencionado por qué íbamos a verlo... —Bridget lanzó un suspiro antes de continuar. James tomó su mano, acariciándola en señal de apoyo—. Miren, últimamente no me he sentido bien. Mis emociones están descontroladas, ciertos olores me provocan náuseas y... por eso fui a hacerme un chequeo.

Ambos padres palidecieron ante las palabras de su hija.

—¿Y qué te dijo, querida? —se atrevió a preguntar su madre.

—Nos anunció que James y yo vamos a tener un futuro heredero —dijo Bridget, algo nerviosa pero decidida—. Sé que suena una locura, pero estamos felices y queremos tener al bebé. Por eso, hemos decidido adelantar el compromiso para la próxima semana si están de acuerdo.

Toda la sala se sumió en un aterrador silencio. Chloe y Red intercambiaron miradas de confusión. ¿No se suponía que el embarazo de Bridget sería una carta a su favor? ¿No sería mejor mantenerlo en secreto por algún tiempo más? La tensión en el aire era palpable, mientras Mirana permanecía en silencio con una mirada fría y calculadora. Desde que sus padres la habían llamado la atención, no había dicho una palabra, hasta que Bridget terminó de hablar.

—¡Qué gran noticia! —exclamó Mirana, levantándose de su asiento para abrazar a su hermana.

Tanto James como Bridget se tensaron ante el gesto, pero no hicieron nada por detenerla. Red respiro algo más calmada al apreciar que la reacción de Mirana, aunque aparentemente efusiva, no les inspiraba confianza a ninguno de sus padres.

—Aunque, ¿no creen que sería mejor esperar un tiempo más? —continuó la peliblanca, con un tono que intentaba parecer despreocupado—. Un bebé no tiene por qué ser motivo para adelantar los planes. ¿Cómo harán para que todos nuestros amigos y aliados puedan asistir? Lo más sensato sería posponer la boda un poco, ¿no creen?

El silencio que siguió a sus palabras fue aún más incómodo. Aunque su propuesta parecía razonable. Sus padres sorprendidos por la noticia, se habían mantenido en silencio procesando toda la información.

—Es una grata noticia, y estoy muy feliz por la llegada de mi primer nieto —dijo finalmente la reina, acercándose junto al Rey de Corazones para abrazar a los futuros padres —. Es cierto lo que dicen, la boda debería adelantarse, pero también deben tener en cuenta que, si la celebran la próxima semana, es muy probable que muchos no puedan asistir. Como futuros reyes, la decisión está en sus manos. Confío en que tomarán la mejor decisión.

Al escuchar las palabras de la reina, Chloe noto como Mirana lanzaba una sonrisa de superioridad hacia su hermana como si supiera que diría la pareja.

—Con todo respeto, Majestad —tomó la palabra el Capitán Garfio—, hemos tenido en cuenta dichas circunstancias antes de acercarnos a comunicarles nuestra decisión. Queremos casarnos lo antes posible, por lo que creemos que lo mejor será realizar una fiesta íntima con algunos amigos cercanos. Posteriormente, podremos plantear un festejo para los demás reinos; sin embargo, la seguridad de nuestro bebé es lo principal en este momento.

—Entonces, ya está decidido: James y Bridget se casarán la próxima semana —anunció el Rey, en señal de apoyo para el futuro padre de su nieta—. Esto amerita una celebración, ¿Qué les parece? Traigan todas las copas, propongo un brindis por la noticia.

Todos los criados de la sala lanzaron gritos de júbilo y corrieron a buscar diversas copas y rellenarlas de jugo. Sorprendidas, Red y Chloe observaron, divertidas, cómo todos se unían a la celebración. Sin importar su clase social o estatus, rodearon a los futuros reyes para felicitarlos y desearles lo mejor. Lastimosamente, había una persona en el público que no parecía tan contenta por la noticia, una joven de cabellos blancos cuya mirada ardía como el mismísimo infierno al observar a los enamorados.

—Propongo un brindis- informo de repente levantando lo suficiente la voz para que todos los presentes voltearan a verla— Por la feliz pareja y mi futuro sobrino o sobrina. Les deseo que su vida esté colmada de sorpresas, con un amor tan fuerte que solo la muerte pueda separarlos. ¡Salud!

—¡Salud!- gritaron en respuesta muchos de los presentes.

Por un momento, ambas jovenes evidenciaron como la sonrisa de Bridget y Hames disminuyó un poco al oír de Mirana, sus palabras no le habían dado una buena espina a ninguno de los dos. Aun así bebieron de sus copas de té. La señal era clara, la guerra había comenzado. Desafortunadamente, ni Red, ni Chloe podrían ayudar en esta batalla, pues como si de un huracán se tratase, el tiempo se las llevó a un lugar incierto del cual no podrían escaparse.

Buenas noches, mañanitas y tardes, mis queridos conejos blancos:

Como prometí previamente les subo el segundo capitulo de esta semana. Es corto si, prometo que en compensación los proximos capitulos seran más largos. Aunque, aún asi, espero que lo disfruten. 

¿Comó se rompe un corazón?- Bridget×HookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora