18. Las consecuencias de un amor

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—Bridget, Bridget... tan ingenua como siempre —dijo Mirana con una sonrisa divertida—. ¿Cómo crees que puedes tomar una decisión sin contar conmigo?

La joven dejó escapar una risa mientras contemplaba a su hermana. Siempre había sido así: la "hija buena", la dulce princesa predilecta que no haría daño ni a una mosca, la que iluminaba cualquier habitación con su sola presencia. ¿El problema? Bridget era tan perfecta que sus padres nunca dudaban en justificar cada una de sus acciones. De esta forma, si Bridget regalaba todos sus juguetes a los niños del asilo, lo hacían pasar como una muestra de su inagotable bondad. Si acaparaba sus actos escolares gritando el nombre de Mirana, era porque amaba demasiado a su hermanita y quería demostrarlo. Sin contar que, cada vez que Bridget entraba en una habitación, toda la atención se centraba en ella, dejando a su hermana en la sombra.

Mirana había intentado de todo para cambiar eso, buscando atraer la atención de sus padres desde que era niña. Una vez, se comió tres tartas y culpó a Bridget, pero su plan falló. Bridget, al descubrir la verdad, no dudó en echarse la culpa para proteger a la hija menor del enfado de los reyes. Gruñó al recordar cómo sus padres ni siquiera la castigaron de forma severa. Así que decidió tomar justicia por su cuenta, empujando a Bridget para que golpeara su cabeza contra una fuente. Quizá así aprendería... Pero no. Un error de cálculo hizo que su hermana terminara con la cabeza hinchada y el consuelo de todo el reino. ¿El castigo? Ninguno. Ciertamente, debió haberla matado ese día.

Aunque no podía negar que todo mejoró cuando su hermana fue seleccionada para asistir a la "prestigiosa" academia Merlín, un lugar que Mirana consideraba vano y corriente, donde asistían todo tipo de personas. Afortunadamente, en los primeros meses, se había enterado por terceros que todos temían acercarse a Bridget. Una sonrisa traviesa se dibujaba en su rostro cada vez que recordaba ese hecho. Sabía que aquello debió ser un golpe duro para su hermana, la "princesa perfecta", acostumbrada a que todo el mundo besara el suelo que pisaba. Su repentina soledad, era la perfecta venganza para Mirana.

Lastimosamente todos los buenos momentos tienen su final y como era de esperarse, Bridget consiguió tener a su primer amigo. Pensándolo mejor podría asegurar que todo comenzó a salir mal, desde que apareció por primera vez el nombre del imbécil de James Hook, en una de sus cartas. Un idiota que obviamente estaba loco por su hermana, pero la muy hipocrita fingía no saber que tenia sentimientos romanticos hacia ella. ¿Quién podría ser tan ciego a las señales del chico? Era de esperarse, puesto que el título de la princesa de Corazones que la caracterizaba no solo se debía a su reino, sino a la capacidad de Bridget para enamorar a cuanto hombre hablara con ella, ese había sido el caso de Hook, había sido el caso del conde de Picas, del Rey Beast y de su amado... El sombrerero.

Antes de que su hermana llegara a la academia, Mirana podía afirmar que había logrado algo especial con Maddox. Se reunían cada tarde para leer, preparaban pócimas juntos, y ella era su fiel compañera en la construcción de sus inútiles inventos. Sin embargo, todo cambió cuando Bridget regresó al castillo tras su primer mes en Canterlot. Apenas la vio, Maddox quedó completamente hechizado por su "dulzura" e "inteligencia", según sus propias palabras. Afirmaba que la joven de cabellos rosados era la persona más increíble que había conocido, y que había sido una gran ayuda en algunos de sus experimentos.

Pronto, Mirana sintió que todo volvía a girar en torno a Bridget, como siempre había sido. Su hermana la acompañaba a donde fuera, incluso se había unido, por petición de Maddox, a sus preciadas tardes de lectura. La sombra de Bridget volvía a envolver cada aspecto de su vida, robándole el protagonismo que, por un breve momento, pensó que finalmente había conseguido.

Por si fuera poco, el Sombrerero se había acercado a Bridget. Aunque él juraba no tener intenciones más allá de la amistad, Mirana descubrió lo contrario cuando su hermana volvió a la Academia. El Sombrerero le confesó que estaba enamorado de una chica alegre e inocente, tan dulce como la miel. Aunque no dijo el nombre, Mirana supo en ese instante que hablaba de Bridget.

¿Comó se rompe un corazón?- Bridget×HookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora