7. Hook

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Nuestro querido pirata se encontraba en la habitación de Bridget; había pensado en aprovechar su tarde libre para ponerse al día con algunas asignaturas. Aunque, lamentablemente, hoy no parecía que pudiera sacar mucho provecho a las sesiones de estudio, pues su compañera se mostraba distraída. Inusualmente, su ceño estaba fruncido y se mordía el labio con nerviosismo. Hook sabía que solo hacía eso cuando algo la preocupaba.

—¿En qué estás pensando? —preguntó, cansado, apartando el libro que tenía en la mano para prestarle toda su atención a la pelirrosa.

—¿Qué? ¿Por qué tendría que pasarme algo? —contestó Bridget, relajando su expresión y esbozando una brillante sonrisa.

—Princesa, no intentes engañarme —replicó el pirata—. Llevas treinta minutos mirando ese libro como si estuvieras leyendo los efectos químicos de las artes oscuras.

—Para tu información, estoy leyendo una obra muy compleja. Es una novela literaria y hay que prestar atención a los detalles —rebatió la princesa de corazones.

—Bridget, ni siquiera estás leyendo esa novela. Tienes el libro al revés y ni siquiera te diste cuenta —dijo Hook. Tras sus palabras, las mejillas de Bridget se tiñeron de rojo, y giró el libro para comprobarlo; efectivamente, era así—. Entonces... ¿qué pasa?

Ante su derrota, solo pudo soltar un suspiro y confesar:

—¿Crees que debería hacer sándwiches como disculpa? —preguntó, mirando hacia abajo.

—¿Con quién rayos planeas disculparte? —inquirió molesto. Ya sabía hacia dónde iba esta conversación.

—Claramente con Uliana. Hoy fue humillada por mi culpa. Debo mostrarle lo arrepentida que estoy por eso y, como he visto que no le tientan los dulces que hago, pensé que lo mejor sería una tarta de sándwiches.

—¡Pero si fue su culpa por meterse contigo! —exclamó indignado el pirata—. Además, ella ya planea vengarse de ti en el baile.

—Tienes razón, tal vez la mejor manera de proceder sería comerme ese postre.

—¿Qué?

—¡Claro! Piénsalo, si yo soy "humillada" en el baile, Uliana ya no se sentirá avergonzada —explicó como si estuviera planteando la idea más brillante. Probablemente, era la mejor idea en el País de las Maravillas. En momentos como estos, Hook veía cómo había afectado a Bridget su reino de locuras.

—Tienes razón —aseguró con una sonrisa—. ¿Qué harás después? ¿Tirarte de alfombra para evitar que pise los charcos? Con todo respeto, creo que es muy tonto creer que puedes simpatizar con ella; Uliana no quiere una amistad verdadera, solo pisotear a todo el que esté enfrente.

—Pero tú te llevas bien con ella... —reprochó Bridget con un puchero.

—Sabes que es porque fuera de estas cuatro paredes no soy una buena persona.

—Eso no es cierto, te he visto ayudar a Morgie con su tarea cuando hasta los mismos profesores pierden la paciencia —le defendió.

—Si tú lo dices, Bridget. Volviendo al tema, sería peor que permitas que Uliana te humille. Si de verdad quieres una amistad, deberías dejarle espacio. Tal vez algún día reflexione y decida ser tu amiga por su cuenta —la animó Hook—. Ahora bien, ¿te parece si seguimos con el análisis del libro? Es difícil trabajar con una compañera distraída.

—En realidad... —murmuró la princesa de corazones— quería preguntarte algo más.

—Entonces, suéltalo, princesa. Estoy a tu disposición —respondió Hook, esperando que la pelirrosa confesara lo que abrumaba su dulce mente, preparado para cualquier interrogante... cualquiera, menos la que salió de sus labios.

¿Comó se rompe un corazón?- Bridget×HookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora