❝ ⌇Seis meses para enamorarte ─ ❞
𝗝𝗲𝗼𝗻 𝗝𝘂𝗻𝗴𝗸𝗼𝗼𝗸 nunca pensó que aceptar aquella apuesta con su hermano mayor 𝗝𝗲𝗼𝗻 𝗝𝘂𝗻𝘀𝗼𝗼𝗸 le traería tantos altibajos a su vida. Desde la ruptura con su novia hasta tener que chantajear a una c...
Ayudé a Chae con algunas bolsas de compras, pues después de estar media hora de pie, habíamos salido de un centro comercial cercano a el hotel con alrededor de diez bolsas.
—Te la has pasado genial, lo sé— la escuché decir mientras introducía el código de la puerta, la miré mal, ganándome una carcajada por su parte.
—Tenemos conceptos de diversión muy distintos— dije, dejando caer las bolsas en la entrada y deshaciéndome de mis zapatos caminé en dirección a la cama.
Habíamos tenido un almuerzo familiar, donde vimos a una feliz pareja reír y compartir su amor con los invitados, habíamos estado hablando con varias personas de nuestra relación y de lo mucho que nos queríamos y sobre todo, habíamos estado más de una hora de turismo comprando ropa y accesorios.
También probamos mucha comida.
Bastante.
—No fuimos a la playa, me parece algo fatal— la voz de Chae llenó el silencio de la habitación, sentía sus pasos de un lado a otro y el sonido de las bolsas. Al parecer estaba organizando lo comprado.
Yo es que estaba dándole un buen uso a la cómoda cama.
—¿Qué te parece pedir algo de comer?— preguntó acercándose a mi lado, depósito su trasero en la cama cerca de la mesita de noche.
Extendió una de sus manos y dió caricias a mi cabeza. Asentí, entrecerrando mis ojos dejándome llevar por el cansancio acumulado.
En Corea ya era de noche, por lo tanto mi horario de sueño era bastante difícil de manejar.
—¿Pizza?— preguntó y volví a asentir.
—Y coca cola— dije como pude mientras me deshacía de la camiseta.
Quedando con mi torso descubierto sentí la piel erizarse debido al frío proveniente del aire acondicionado de la habitación.
Me quité el pantalón que traía y rápidamente me cubrí con la colcha que estaba ya encima de la cama para que no fuera muy incómodo el ambiente. Cuando recuperara fuerzas me levantaría y me vestiría adecuadamente.
Chae se acostó a mi lado una vez que finalizó la llamada y sin decir palabra alguna el ambiente se lleno de sonidos debido a el televisor, que había sido encendido. Al parecer todo indicaba que ella no tenía sueño.
Pero yo, yo realmente necesitaba descansar.
Un poquito... quizás.
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Los próximos dos días habíamos disfrutado del hotel, de España en sí. Amara nos había dando un recorrido por la ciudad enseñándonos lugares muy hermosos, todos captados por el celular de Chae Won.
La playa había sido nuestra compañera, ya que pasábamos gran parte del tiempo en ella o en la piscina, donde hubiera agua, ahí estábamos. Claro, después de bañarnos en tres litros de crema solar (mi madre suele ser un poco exagerada)
