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Mell
Guido, esta raro, no hay otra forma de comenzar esta conversación. Desde que volvió de Colombia había tenido conversaciones en casas por Whatsapp excusándose en su procesos de composición y lo entiendo totalmente, pero sentía dentro mío, que pasaba algo más. Le pregunté varias si quería que fuera Buenos Aires, y me dijo que si, asi que allá voy, tomo el primer vuelo a la salida de mi trabajo y cuando llego, me encuentro con otra cara.
Suspiro, no es raro que me busque Pato, pero se siente raro.
-Hola chinito- le digo y él me abraza fuerte
-Hola reina, te extrañe- me dice mientras me sigue abrazando- Vamos?- me dice agarrando mis cosas, lo sigo en silencio y chequeo mi celular, no tengo mensajes de Guido
Pato me va contando de sus semana y cosas nuestras de nuestra amistad, pero mi cabeza está en otro lado. Cuando entramos a casa, el silencio es absoluto.
-Se debe haber quedado en el estudio más tiempo hoy- me dice haciendo una mueca- queres que me quede con vos?
-no chinito, anda, no hay problema- le digo agarrando su brazo- gracias por buscarme y traerme- le sonríe y Pato me abraza de vuelta
Pato se va y el silencio me invade, voy a mi lugar favorito el balcón, hoy la casa al contrario de todas las veces anteriores se siente distante y fría, incluso el cielo esta raro, no puedo ver ninguna constelación.
Entró por una brisa me hace temblar y camino para adentro, subo las escaleras y me doy cuenta que la puerta de final del pasillo está abierta, entro lentamente y una sensación rarísima me invade. Es una oficina y parece decorada para alguien... cada detalle, cada objeto,cada cuadro, dibujo en la pared habla de mi. En mi cabeza no entra que alguien alguien me conozca tanto y que me haya hecho esto. Será que Guido está raro por esta sorpresa. Mi cabeza siente relajación y en ese momento escucho la puerta abrirse. Bajo rápidamente las escaleras y el rubio acaba de entrar por la puerta y apoya el estuche de una guitarra al costado, yo correr a sus brazos.
-Hola - me dice sin mirarme y agarrándome suavemente de costado, no me abraza, solo me da un pico seco en labios- como estuvo el vuelo? - no hay apodos, no hay te extra;o
-Bien, tranquilo - le dijo separándose, porque me siento incomoda
-me alegro- me dice y se introduce a la casa, abre la heladera y saca una cerveza- esta noche hay Bresh, tenemos que ir- me dice mientras abre la lata- va con Pato, por presencia, pero obvio podes venir- "podes venir"
-emmm si, igual si queres me quedo- le digo ante su presunta invitación desinteresada
-no, no no te vas a quedar sola- en mi mente empiezan los mensajes de sabotaje. No es que quiere que vaya, es que no me quiera sola.
El resto del tiempo es extraño, son pocas las palabras que Guido comparte conmigo, me dedico a cambiarme y ser reina para él. El siempre me halaga mis outfits, pero esta vez solo me dice: