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MELL
Corro hacia la casa y subo rápidamente las escaleras que separan los kilos de arena de la superficie de la casa, puedo escuchar los paso de el que viene detrás mio, todavía es una fantasía de cual no pienso caer en este momento, estoy alucinada de ser deseo de Guido, estoy completamente enamorada de mi misma, de mi cuerpo, de pelo, de mi rostro, de voz, de mi mente y que este yo entero sea lo que él elija hoy.
Eso me enciende, me hottea a niveles que no puedo explicar. Mientras subo las escaleras rápido y paso por las habitaciones voy intuyendo cuál podría ser la que usa el. Cuando pasó por una algo vibra en mi e ingreso encandilada por la luz del sol que entra por un ventanal enorme, me ilumina la cara, puedo sentir los rayos atravesarme, siento que mi pelo se camufla en el dorado de luz. Mi silueta de costado es rodeada por la claridad y marca la sombra en el suelo. Cierro los ojos para sentir el calor del momento.
-quédate quieta- me dice una voz y lo veo con la cámara polaroid en su mano
-no- le digo y frena en seco ante mi respuesta- así no, espera- lentamente y ante sus ojos, empiezo a sacar mi ropa lentamente. Primero el top que llevo arriba y lo dejo caer. Luego mis zapatillas y mis medias. Llego a mi short de Jean y creo que puedo escuchar como la respiración del rubio se acrecienta, no está agitado, es más un animal hambriento, es más su glotis crujiendo.
No saca los ojos de mi, sigue cada uno de mis movimientos, sus ojos me queman tanto como el sol que ahora se deposita sobre mi piel desnuda, cuando mi short pasa la loma de mi cola y me enderezo sutilmente, mi conjunto de ropa interior blanca de algodón queda al descubierto, no es nada del otro mundo, a veces menos es mas. Acomodo mi pelo y poso de perfil para el- Ahora si- le digo, los ojos de Guido están tan brillosos que parecen gemas, hay fuego en ellos, hay fuego entre los dos.
GUIDO
Estoy quieto viendo como Mell se desnuda frente a mí, la situación es muy erótica, pero también es muy sensual y fina. Sus movimiento son suaves y delicados, su mirada no se despega de la mía, sus ojos hay deseo pero también hay mucha seguridad, Mell disfruta de estar desnudándose, disfruta de mi mirada sobre ella, de provocar, pero sobre todo de ella misma.
He estado en situación eróticas muchas veces, me han brindado shows de muchos tipos, pero nunca me sentí tan intimidado ante tanta delicadeza y sensualidad, nunca sentí que una mujer podría avasallarme, ella está controlando básicamente cada uno de mis sentidos. Cuando veo caer su pelo y por su espalda que solo la viste su corpiño, paso mi mirada por sus rulos, bajo a su espalda baja, llegó a su cola que la marca su tanga, y recorro sus largas piernas.
Trago en seco, su abdomen, sus pechos, por favor... sus pechos y sus pezones que se marcan tras la tela de su corpiño. Trato de evitar que tiemble mi pulso cuando fijó la posición en de la polaroid y cuando ella levanta el mentón y su cuello se estira invitándome a llenarlo de besos.
