Capítulo 22: Pero la lluvia siempre va a venir si estas conmigo

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⚠️ Advertencia de contenido

Este capítulo aborda temas sensibles relacionados con la depresión y la angustia emocional. Puede resultar desencadenante para algunas personas.

Si te encuentras en una situación similar o experimentas sentimientos de tristeza profunda, aislamiento o desesperanza, no dudes en buscar ayuda. Hablar con alguien de confianza, un amigo cercano, un familiar o un profesional de la salud mental puede marcar la diferencia.

Recuerda que no estás solo/a y que siempre hay recursos y personas dispuestas a ayudarte.

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Mell abre los ojos, por primera vez en meses siente durmió realmente bien. Recorre con sus pupilas el lugar. Está dormida boca arriba y con los brazos para arriba, el rubio, está de costado durmiendo plácidamente hacia su dirección. Lo mira sin moverse, analiza cada parte de su perfil, y observa cómo el pecho de Guido baja y sube al ritmo de una respiración completamente calma.

Es real, está ahí, están ahí con ella. Todo va a estar bien. 

De pronto siente un hueco en su pecho, un aplastamiento invade su alma, las sombras negras se acercan, qué está pasando? porque se siente así? si ya esta, ya paso la tormenta! Guido está con ella.

Se mueve lentamente sobre su cuerpo para no despertar al rubio, acomoda el brazo de él que la rodea y se escabulle lentamente, no quiero sentirme así cerca de él.

Baja las escaleras y los perros la escuchan y rápidamente vienen a celebrarla, ella toma un buzo que no sabe si es de ella o de Guido, porque toda la familia tiene la merch y una manta. Cuando mira el reloj de la sala, son las 7 am.  Abre la puerta de la galería, deja pasar a su compañía perruna y se sienta en uno de los sillones que dan directo al campo y observa el sol qué poco a poco se asoma. Intenta concentrarse en el presente y hacer que el hueco oscuro de su pecho se vaya, pero mientras más lo intenta, más grande se hace, más ardor le causa.

Inhabilitada de escapar de su cabeza, se queda mirando un punto fijo. Un diente de león que está solo entre medio de hierba del césped, lucha contra viento de la mañana para no deshacerse, nunca una imagen fue tan real como como esta, ella es un diente de león. Está tan concentrada y haciendo fuerza para que al diente de león no lo venza el viento que no puede darse cuenta que tiene al rubio parado al lado mirándola.

-Mell- reacciona, lo mira pérdida, tarda de entender el presente- estas bien? - se sienta al lado de ella, deja un vaso de agua que traía con él y la agarra del mentón y la hace que lo mire. Las pupilas de Mell se dilatan ante su presencia, Guido es luz que ahuyenta su oscuridad y se arrodilló en el asiento y lo abraza torpemente- hey- dice el, pero la toma fuerte, siente como el corazón de la pelirroja está acelerado y hay un temblor en ella. La aprieta más fuerte uniendo sus pechos y respira más exageradamente para que sus respiraciones se coordinen. Luego de unos minutos, logra sentir como el pulso de su chica se calma, ella se despega y el le hace lugar a su lado y ella se esconde en el huego de su hombro mientras él la abraza.

ᴄᴏʀᴀᴢᴏɴ ᴅᴇʟᴀᴛᴏʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora