Este texto aborda temas delicados relacionados con la depresión, la ansiedad, la angustia, la ausencia y la muerte. Se recomienda precaución a los lectores, ya que estos temas pueden resultar desencadenantes o difíciles de procesar para algunas personas. La lectura de este contenido es bajo la responsabilidad personal de cada lector.
Mell
Habían pasado 4 largos meses, meses en los había días duros y días demasiados blandos, casi como una nube esponjosa en la podía descansar. Descansar, si había aprendido algo en esos meses era a descansar. Volvía del trabajo y dormía, dormía siestas largas como si nunca en mi vida me hubiera permitido hacerlo, como siempre hubiera tenido el pie en acelerador pensándolo, para llegar a tiempo con todo, con todos. A veces me despertaba con el ruido de la llaves de Guido que se asomaba y a pesar de su precia me daba vuelta y seguía durmiendo, él lo entendía. Nuestras charlas reflexivas y profundas habían aumentado en escala, cada parte de mi había sido entregada en los mayores niveles de vulnerabilidad, y él ahí como una manta en frío invierno conteniendo mis días azules. Que era el amor si, no eso? Que te desarmes frente al otro y que te elija, se quede. Durante años había tenido miedo de mostrar esa parte de mi, porque siempre que la sacaba del placard, las puertas se cerraban, pero él no estaba dispuesto a cerrar las puertas. La abría y sacaba todos los abrigos en lo que me podía esconder hasta cruzar el umbral de mis dudas para decirle lo que sentía.
Poco a poco, conocí también su tono azul, sus miedos, sus vulnerabilidades e inseguridades detrás de esa actitud desfachatada de rockstar había un ser humano muy real que vivió todo muy intensamente. Muchas veces se preguntaba quién hubiera sido Guido, sin Airbag, otras se cuestionaba si era feliz, otras simplemente respiraba hondo y se ponía escribir y reflejaba en una canción eso que le costaba decir en voz alta, pero con una melodía fluía tranquilamente.
La medicación, la psicóloga, los grupos de ayuda, la compañía de mis queridos y trabajo, me habían ayudado a estar cada día mejor, sin embargo, algo me faltaba. Estaba en mi departamento con una taza de café en la mano mirando todo a mi alrededor, viendo cómo cada cosa que alguna vez había querido ahí estaba. Desde lo más frívolo, hasta lo más puro y real como Guido en cuero durmiendo en mi sillón, mientras lo observaba. Mis gatos jugando entre mis piernas, la tv más grande para ver las mejores pelis, los cuadros que yo misma mande hacer, fotos con personas que realmente amaba y papeles del trabajo que algún día soñé. Pero ahí teniendo todo, el hueco de angustia se hacía eco en mi pecho, hurgando en mi cabeza con los pensamientos más extraños que la ansiedad puede traer. Mire a la heladera respirando profundo y me focalice en esa foto y de pronto todo a mi alrededor se convirtió en algo más, estaba en el patio de mi casa, mi verdadera casa. Ese recinto amado y deslumbrante casi inexistente en otro lugar que durante años había sido mi refugio más preciado. Con el calor del sol en verano o el frío que calaba mis huesos en invierno, sentarme en medio de él a mirar las estrellas, había sido la única paz que una niña podía tener, en medio del caos.
Camine despacio hasta Guido y me acurruque a su lado, se movió un poco sorprendido y arrugó la cara en descontento de ser despertado, un dedo mío acarició suavemente su mejilla, y abrió un ojo y me vio de costado, giro hacia mi envolviéndome en la sabanas que habías colocado pesimamente la noche anterior en sillón y abrazándome escondió su cabeza en mi pecho. Yo reí ante su actitud de criatura caprichosa y bese su cien y lo deje ahí un rato mientras lo escuchaba refunfuñar.
-te quiero pedir algo- le dije despacio, se movió lentamente y asomó su cabeza de mi pecho sin antes desprevenidamente darme un beso
-primero un beso- me dijo y me regaló una sonrisa y yo le devolví el beso. Se acomodó de costado apoyando su cabeza en su mano, marcando todo sus bíceps- escucho- me dijo refregándose los ojos, con su cara más resplandeciente después de 6 horas de sueño.
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ᴄᴏʀᴀᴢᴏɴ ᴅᴇʟᴀᴛᴏʀ
FanfictionUn señuelo. Hay algo oculto en cada sensación, ella parece sospechar, parece descubrir en mí que aquel amor es como un océano de fuego ~