Capítulo 15: El beso

3 0 0
                                    

Narra Camila:

Después de tener unas vacaciones relativamente largas, volver a la rutina resulta bastante complicado, aunque ya habían pasado varios días desde que volvimos a clase oficialmente. Nos encontrábamos en la última hora de aquel día, la cual ya había finalizado, por lo que nos estábamos dirigiendo hacía la salida. Alex y yo íbamos detrás caminando cogidas de la mano, lo que provocaba muchas miradas fugaces.

—Nunca hubiese imaginado que salir del armario llamaría tanto la atención de la gente. —dijo Alex en un tono bajo para que sólo yo la escuchara.

—Creo que la foto del otro día les impactó un poquito nada más. —dije riendo levemente.

—Lógico, yo también quedé impactada, pero de lo preciosa que sales. —dijo Alex dándome un casto beso en la mejilla.

—Eso es porque tú me ves con buenos ojos. —dije negando con una sonrisa y las mejillas encendidas.

—Dímelo a mí y a los cientos de comentarios que lo confirman. —rebatió ella.

—Y quién no me dice que esas personas que lo han dicho son cuentas falsas creadas por ti, ¿eh? —pregunté elevando una ceja.

—Buen punto…pero aun así no tienes forma de comprobar eso, por tanto, sigo teniendo razón. —concluyó Alex sonriendo con aires de superioridad.

—A veces te odio tanto…—murmuré rodando los ojos.

—En el fondo me adoras. —dijo Alex aun sonriendo.

—Sí, pero muy en el fondo. —contesté borrando su sonrisa.

—Oh, me acabas de romper el corazón. —dijo Alex con un puchero, llevando su mano libre hasta su pecho fingiendo dolor.

—Idiota, ven aquí. —dije negando para después agarrar su cara con una de mis manos para dejar un beso en sus labios.

—¡Lo tengo! Sólo le falta una buena edición y listo. —dijo Enara entusiasmada.

—¿Nos has vuelto a grabar? —preguntó Alex con una sonrisa burlona.

—Lo siento, no pude evitarlo. —dijo Enara encogiéndose de hombros.

—Así no hay quién se enfade con ella. —dijo Taylor dándole un abrazo. —Tú grábalas todo el rato, a ver si nos forramos. —le susurró cerca del oído.

—Oye, no le hagas la pelota ahora porque la última vez que os grabó a Noah y a ti te pasaste media hora persiguiéndola. —dijo Asia.

—¿Sí? Yo no lo recuerdo así. —titubeó Taylor haciéndonos reír.

Seguidamente, nos despedimos y nos fuimos a casa. Después de comer y hacer los deberes, decidí estudiar un rato un temario de literatura. En cuanto abrí mi libro, me encontré con una nota.

—“Si lees esto quiero desearte una maravillosa tarde de estudio y decirte que probablemente en estos momentos estoy pensando en ti, en tus besos, tus caricias, en tus preciosos ojos fundiéndose en los míos… ¡Dios, no sabes cuánto te adoro! Espero que puedas perdóname por tanta cursilería, pero no puedo deshacerme de estos pensamientos cada vez que te pasas por mi mente. Y ahora señorita, ponte a estudiar. (De parte de tu grandiosa admiradora secreta)”. —acabé de leer en voz alta con una amplia sonrisa que no conseguí borrar en ningún momento al saber quién era la autora de aquella nota.

Al cabo de una hora, escuché como mi móvil sonaba ya que había interrumpido mi lista de reproducción que estaba utilizando para concentrarme. Era una llamada de Miriam.

—¿Sí? —dije nada más contestar.

—Hola guapa ¿Te pillo ocupada?

—Estaba estudiando para adelantar temario, ya sabes. —contesté con media sonrisa. —¿Por qué? ¿Necesitas algo? —pregunté elevando una ceja.

Par de ojos azulones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora