Capítulo 60: Gilda

136 20 2
                                    

Benigna estaba cortando unas verduras para la cena cuando escuchó unas risas que parecían venir de la zona de la entrada. Tan solo unos segundos después la responsable de una de ellas se asomó por la cocina, acaparando toda su atención.

— Voy un momento a la habitación a darle una cosa a Amelia y vengo a ayudarla, ¿vale?

— Bueno... — dijo con cierto reparo.

Su conversación con Luisa sobre esa relación no había acabado de conseguir que dejara de preocuparse constantemente pensando en que pudieran descubrirlas. Supuso que era algo inevitable por el afecto que les tenía a las dos, y quizás también por el desconocimiento, al igual que supo que lo mejor iba a ser guardarse esas preocupaciones para sí misma y dejar de atosigarlas con ellas.

— ¿De verdad me vas a dar algo o era una excusa para traerme a tu habitación? — alzó una ceja.

— ¿Y por qué piensas que puede ser una excusa? — se cruzó de brazos.

— Porque llevo toda la tarde viendo las ganas que tenías de besarme. Por ejemplo.

Luisa sonrió y levantó la mano con solemnidad.

— Culpable. — Amelia negó mordiéndose el labio. — Pero no te he traído aquí para besarte. — se adelantó antes de que pudiera darle una réplica y Amelia la miró confusa. — Bueno, no solo para eso. — la agarró por la cintura y le dio el beso que tanto deseaban ambas y que se alargó un poco más de lo que pretendían.

— Por muy rápida que pretendas ser ya te digo yo que lo otro no nos da tiempo, eh.

Luisa echó a reír.

— No me refería a eso...

— ¿Entonces?

— Cierra los ojos.

— ¿En serio?

— Por favor.

Amelia suspiró y siguió sus instrucciones.

Luisa abrió el cajón del escritorio, sacó un papel y se lo colocó a la morena en la palma de la mano.

— Ya los puedes abrir.

— ¿Qué es esto? — lo leyó y volvió a fijar la vista en ella. — ¿Gilda?

— Como al final no fuimos... he pensado que a lo mejor te apetecía verla antes de que la quiten de la cartelera. — le enseñó también la suya. — Podemos cenar primero y ya luego...

Amelia sonrió.

— ¿Esta es tu idea de cita romántica?

— ¿Sí? — se encogió de hombros, haciéndola reír. — Eso es que te parece bien, ¿no?

— Bueno... no te quiero quitar la ilusión de ver a Rita Hayworth. — dijo con algo de retintín, a lo que Luisa negó con la cabeza.

— No me hace ilusión ver a Rita Hayworth. — aclaró. — Me hace ilusión verla contigo, que es muy distinto.

— Ya... ¿y eso por qué? Si puede saberse.

— Porque la gente habla mucho del baile, de cuando se quita el guante... — colocó las manos en sus caderas. — y yo solo puedo pensar en lo bien que lo harías tú. — juntó sus frentes. — Y claro, para hacerlo en condiciones tendrás que ver la escena primero, ¿no?

— No sé yo si seré capaz...

— Estoy completamente segura de que sí. — le dio un beso. — Venga, por favor. — hizo un puchero para darle pena. — Hazlo por mí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

House of cardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora