Capítulo 03. | Ofensiva del Sol Devastado.

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Con el paso del tiempo, tuvimos que mantenernos ocultos hasta prepararnos nuevamente y salir a la batalla. Nos reagrupamos y salimos a recuperar lo que nos pertenece. La Plaga había hecho de nuestros bosques su casi hogar, encontramos a muchos de los nuestros convertidos en soldados no-muertos que no tenían conciencia ni culpa alguna.

Ganamos. Logramos hacer retroceder a los ejércitos de muertos vivientes hasta la mancha que dejó aquel príncipe humano traidor, se mantuvieron ahí por la presencia de la muerte en ese tramo. Mientras una de mis compañeras, la Forestal Jaela juró mantener a raya a todo aquel no-muerto que se atreva a poner un pie fuera de la Cicatriz Muerta, con un batallón completo de forestales a su disposición, el ahora General Forestal: Halduron Alasol, autorizó a Jaela a cumplir con su deber, mientras que a mí, me ordenó hacer un informe completo de la situación en la Calle del Alba en lo que llega nuestro Príncipe Kael'thas Caminante del Sol.

La Fuente del Sol fue destruida por completo, Kael'thas se vio en la obligación de estallar nuestra fuente gloriosa para evitar la corrupción absoluta de nuestro reino. Nos quedamos sin nuestra fuente de magia y las consecuencias de ello comenzaron a notarse entre todos los habitantes de los bosques ahora podridos en muerte.

Los habitantes y me incluyo, teníamos una estrecha relación mágica entre lo arcano y nuestras habilidades gracias a la Fuente del Sol. Pero Dar'khan Drathir permitió el paso libre de La Plaga. Nos traicionó. Por eso, las enfermedades aparecieron, muchos se negaron a aceptar el fracaso de nuestro pueblo en la guerra contra la plaga y se convirtieron en terribles humanoides adictos a la magia, capaz de asesinar a cualquier criatura inocente y devorar su esencia mágica para alimentarse por unos cuantos segundos.

Estos humanoides son conocidos como los Desdichados. Elfos nobles que sucumbieron a lo más bajo de lo arcano, consumiendo esencias de las almas condenadas a muerte. A esto, un pequeño porcentaje de la población decidió abandonar nuestras tierras y dirigirse a Dalaran, la ciudad mágica a la espera de una cura mientras utilizan disciplinas inculcadas por el Kirin Tor para mantener a raya la sed de magia y no correr el mismo destino que los Desdichados, entre ellos, Vereesa Brisaveloz, ella asumió el cargo de General Forestal del Pacto de Plata, unidos a la Alianza de los humanos. Algo que chocó en mí, nunca la perdonaré por haber elegido a la Alianza en lugar de Quel'Thalas.

En lo personal, nunca tuve mayor problema para sobrellevar mi sed de magia. Mi madre dejó un diario con muchas instrucciones para poder tener una vida plena y segura. Pero no voy a negar que me deprime y me rompe el corazón en mil pedazos observar a cada ser vivo caer en esa maldición. Me dirigí a la Cámara del Pueblo para supervisar el lugar y ver si los enfermos se convirtieron o no en Desdichados.

La Cámara del Pueblo se encuentra a un costado de la Calle del Alba. En un lugar conocido ahora como las Ruinas de Lunargenta. Anteriormente era el lugar de asambleas extraordinarias lideradas por el Cabecilla Thaelis el Arcano, este elfo era un practicante de las magias extraordinarias de las artes arcanas, era incluso tan poderoso como el magíster que hoy nos gobierna. Pero en la noche que vió todo destruirse, sucumbió a la locura y decidió asesinar a cada miembro de la comunidad en la que se desenvuelven los asuntos de la política Thalassiana.

Me cuesta contener la tristeza cuando observo lo que queda de este lugar, un sitio que alguna vez fue el orgullo de nuestra gente. Las plantas, que antaño florecían con una vitalidad inigualable, ahora están marchitas, sus hojas secas crujen bajo mis pies mientras camino entre las ruinas. Recuerdo claramente cómo era antes. Este espacio, antes lleno de vida, resonaba con el sonido de los patrulleros arcanos recorriendo sus calles, manteniendo el orden con su presencia imponente. Ellos eran los protectores, los guardianes del equilibrio, cuidando incluso a los niños que jugaban despreocupados cerca del monumento a la Cazadora del Sol. Los pequeños corrían con sus muñecos en la mano, mientras las risas llenaban el aire, y en cada rincón, la seguridad se sentía como una presencia constante.

World of Warcraft. | Vessiorel Arcoveloz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora