Capítulo 12. | Revelaciones.

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Aquello fue un golpe de suerte, encontrar a Lucian entre casi cien mil murlocs que habitan la Orilla Tranquila. Eso sí que era suerte, quizás el destino quiere que mi legado se cumpla. ¿Pero por qué mi madre me ocultaría lo de la isla oculta? Mariela y Lucian se pusieron al corriente con todo lo que ocurría, después de todo y a juzgar por su lenguaje corporal, se conocían ya desde hace muchos años, algo que no querían revelar con anterioridad, quizás su relación era mucho más que una simple amistad, no soy un experto en el amor, pero se nota, la mirada no puede engañar.

Luego de encontrar a Lucian, pude sentir la presencia de entidades sombrías al acecho, por lo que decidí llevar a ambos a mi mansión. Debido a la magia que mi madre tenía, encantó cada rincón de mi hogar para que ninguna entidad oscura penetrara en esas paredes de mármol. Sugerí aquello y aceptaron, aludiendo a que también tenían miedo de sus vidas.

—Entonces, dime... ¿Cómo conociste a mi mamá?

Pregunté ofreciendo tazas de té de hierbas a Mariela y Lucian. Mariela todavía seguía impresionada con la infraestructura clásica de la mansión.

—Ellina y yo estudiabamos juntos las artes arcanas, en Lunargenta. Nos conocimos de esa manera y junto a Mariela formamos una linda amistad.

Respondió mientras observaba a Mariela. Se limitó a contestar mis preguntas saboreando su té de hierbas.

—Mariela mencionó que tu y ella son las llaves que pueden desbloquear el sello mágico que protege a la isla y la oculta bajo un domo invisible. ¿Es eso cierto?

—Sí. Pero no podemos hacer nada si no encontramos la tercera llave del sello.

—¿Sabes quién es?

—Ellina nunca quiso decirnos quién podría ser.

Aquello me parecía muy sospechoso. ¿Por qué mi madre no quiso revelarle a Mariela o Lucian el portador de la tercera llave mágica que desbloquea el hechizo del reino oculto en Quel'Thalas?

—La habitación de mi madre está después del pasillo, a mano izquierda. ¿Podrían ustedes buscar algo que pueda servirnos como pista para encontrar la tercera llave que desbloquee ese reino oculto?

—¿Y tú qué harás, Vessiorel?

Preguntó Mariela con un tono de voz algo curioso pero molesta al saber de pronto que la dejaría en compañía de Lucian, se ve que su relación está algo tirante.

—Debo ir con una maga que conozco. Ella puede ayudarme a canalizar con mis recuerdos de cuando era un bebé y ver si descubro algo.

Mariela y Lucian se dirigieron tensos e incómodos a investigar la habitación de mi madre mientras yo me dirigía a las afueras para montar mi corcel blanco y dirigirme rápidamente a la ciudad, no había tiempo para caminatas inspiradoras. Después de todo, no me preocupaba dejar solos a Mariela y Lucian, mis arqueros están perfectamente entrenados para enfrentar cualquier circunstancia, ellos me informaran si veían algo extraño en los dos.

Montado en mi corcel llamado Shendralar. Lo sé, es un nombre raro de pensar, ya que en el norte tenemos constantes enfrentamientos con los kaldorei que se resisten a abandonar nuestras tierras, pero el nombre de su asentamiento me encantó y decidí llamar así a mi montura. Por lo general, los elfos siempre han montado halcones zancudos desde su unificación a la Horda, pero antes usábamos los corceles, yo tengo un halcón zancudo obsequiado por la dinastía de Lunargenta, pero prefiero el corcel antes que todo, me parece más estético.

Me dirigí de una manera muy veloz a Lunargenta, incluso los forestales y arqueros que cuidaban los bosques me observaban con cautela y alerta a que yo fuera a gritar "¡Problemas en Lunargenta!" Era algo muy típico de mí en algunas circunstancias, no avisaba, simplemente lo gritaba a los cuatro vientos. No es muy agradable que digamos, pero me ha servido en muchas ocasiones.

World of Warcraft. | Vessiorel Arcoveloz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora