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Llegando con manos sudorosas, pero con un porte confiado, Bill se adentraba al Call Center dónde ocurrían las llamadas eróticas. El lugar se veía bien, era un edificio de aproximadamente ocho pisos y con varia gente entrando y saliendo.

En el mostrador yacía la recepcionista muy ensimismada con en sus quehaceres son prestar atención a quienes entraban o salían—al menos eso aparentaba—pero para sorpresa del azabache cuando se había acercado al mostrador, la chica sin levantar la vista de su computadora preguntaba:

— ¿Si, a quien buscas? — decía escuetamente con la vista en la pantalla.

Bill carraspeó a su garganta solo para aclarar su boca y despejar los nervios, pero al instante se sentía estúpido.

— Soy Bill Trümper. Busco a Natalie Franz, tengo una entrevista en díez minutos.

La chica finalmente levantaba la vista para verlo, Bill no había querido sentirse intimidado, pero si ella era recepcionista estaba al tanto para que tipo de trabajo tenía aquella entrevista.

— Oh, con esa voz definitivamente estás buscando a la señora Franz. — exclamaba levantando una ceja y tomando el teléfono a su lado.

Bill no sabía si asentir, sonreír o solo ignorar el comentario.

— Señorita Franz, tengo a Bill Trümper en recepción, ¿lo hago subir o aún no? — pregunta mirando dijo al susodicho. — Ajá, de acuerdo.

Cortando rápidamente, tomaba un papel y bolígrafo escribía algo en el y luego se lo entregaba a Bill.

— Piso seis. Sales del elevador y vas a tu izquierda, preséntate nuevamente con el recepcionista de ese piso y él te guiará a la señorita Franz. — le señalaba el papel nuevamente. — Piso seis.

El azabache asentía, no era necesario que se lo anotara ni que lo recalcara como si fuese idiota pero tomaba el papel y regalándose una sonrisa amable y se metía en el elevador.

— Puso seis. — repetía con tono chillón imitando a la recepcionista.

Parte de él comenzaba a arrepentirse de estar ahí, pero dios sabía lo mucho que deseaba salir de casa de sus padres para mudarse al centro y ser un adulto de forma completa.

«Solo un poco más de dinero, solo un poco más.»

Las puertas se abrían y el azabache se dirigía a la izquierda donde veía una puerta de vidrio y en ella el nombre de "Sweet Dreams Made by Sweet Voices".

"Dulces sueños hechos por dulces voces".

— Tiene que ser una jodida broma, ¿ese es el nombre? — murmuraba.

El joven realmente se estaba replanteando si entrar o salir corriendo.

— Salir de la casa de mis padres, salir de la casa de mis padres. — repetía.

Finalmente entró y tal como la chica odiosa había dicho, otro recepcionista yacía en un mostrador más pequeño, está a almorzando mientras miraba su teléfono.

Aclarando nuevamente la garganta volvía a presentarse: — Disculpa, soy Bill Trümper y tengo entrevista con Natalie Franz.

El chico se cabello castaño levantaba la vista y Bill se relamí los labios al contemplar su rostro.
Pómulos pronunciados, ojos rasgados y labios demasiado carnosos. Rápidamente cerraba la boca para no quedar tan obvio que se encontraba impresionado.

— Oh, si, si. Me avisaron de abajo. Lo siento, la señora Franz te espera, ¿me repites nuevamente tu nombre para registrarlo? — decía amablemente mientras tipeaba en el teclado.

𝙡𝙞́𝙣𝙚𝙖 𝙚𝙨𝙘𝙖𝙧𝙡𝙖𝙩𝙖 ↧✰࿚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora