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Otra noche en la que sus manos
recorrían su propio cuerpo, bajo los
encantos de esa voz grave. Había
prometido llamar y el lobo estaba
ansioso de cerrar con broche de
oro. Quitarse todo el mal sabor de
los llamados anteriores y realmente
dejándose llevar por aquella suave,
dulce y masculina voz.

Eran la adicción del otro, en tan poco
tiempo, con algo tan simple y fetichista como lo eran las llamadas eróticas. Pero les servía, les servía para soltar todo lo que llevaban dentro, estrés, tensión y deseo, por qué se deseaban, se deseaban demasiado para solo haber tenido dos llamados y un tercero completamente fuera de lo vulgar.

Extrañamente se pertenecían.

— Tom, solo dime lo que me harías. — soltaba ronco el menor. — Puedes
repetir lo mismo una y otra vez con tu
dulce voz que estaré feliz de escucharlo e imaginarlo una y otra vez.

Tom sabía que en cualquier
momento se correría, aunque no
quería hacerlo parecer muy obvio en
aquel llamado. Estaba hablando con
"Mike, el lobo" no Bill. Pero no
quería aprovecharse del extraño crush que el desconocido le había agarrado, era un trabajo después de todo y él quería pagar por eso. Luego volvería a repetir sin necesidad de llamarlo por un nombre falso.

— Sabes Tom, soñé contigo.

Mike... no sigas o voy a...

— Me embestías de forma ruda
hablándome al oído. Me volvías
loco de placer. — Bill estaba
masturbándose a la par de Tom.
Pero tampoco quería ser demasiado
obvio, al estar en el perfil del lobo
no confiaba, aunque le habían dicho
que las llamadas no eran grabadas
solo se contaba el tiempo de conexión
mediante un contador que tenía la
página y se activaba al estar su perfil
disponible.

Pero por si las dudas, no quería cometer otro error.

Joder, ganas no faltan. Lo haria si
te tuviera aquí. — soltaba Tom. — Realmente no dejaria de follarte hasta
hacerte correr y no necesitarías tocarte. Solo conmigo dentro de ti, llenándote a la perfección.

— Ay, joder... — la voz de Bill
era temblorosa, el orgasmo había
llegado con aquellas palabras y ahora
se encontraba sucumbiendo a los
deliciosos espasmos de este. — Imagina que paso mis dedos por mi escencia, para llevarlo a tu boca y que puedas lamer y saber cómo es mi sabor.

Descaradamente, Bill lo hacía
con él y Tom escuchaba el sonido
del chupón final. Otros harían eso, solo pretendiendo, pero estaba un 99,9 % seguro de que Bill lo había hecho en realidad. La imagen mental de esos labios chupando sus dedos para lamer su esencia fue todo lo que Tom necesitó para venirse.

Eres demasiado bueno en esto. — soltaba con voz temblorosa.

— Puedes volver a llamar cuando
desees, Tom. Que tengas buena noche
y espero vuelvas a hablar con el lobo. Adiós, hermoso.

Y la llamada finalizaba, oficialmente
le había cortado y Tom estaba
conforme por haber pagado por
eso, pero estaba inconforme con
encontrarse nuevamente solo en su
habitación limpiando sus muslos y
mano por haberse corrido, cuando en
realidad podría simplemente citar al
chico y ver qué resultaría de eso.

Entonces, tal y como Bill lo había prometido aquella tarde, una foto le llegaba.

Entonces, tal y como Bill lo había prometido aquella tarde, una foto le llegaba

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𝙡𝙞́𝙣𝙚𝙖 𝙚𝙨𝙘𝙖𝙧𝙡𝙖𝙩𝙖 ↧✰࿚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora