Una semana después, Jaemin llegó a una conclusión sorprendente: Jen lo estaba evitando.
No había sido obvio al principio pero después de unos días, Jaemin comenzó a notar que Jen de repente tenía un asunto urgente que atender cada vez que Jaemin entraba en la habitación. Durante las comidas, apenas hablaba con Jaemin y prestando toda su atención a Chenle y Ten, diablos, incluso al tío si estaba cerca.
Era confuso y dolía, Jaemin no pudo evitar preguntarse si había algo desagradable en él. Tal vez no estuvo a la altura de los recuerdos que Jen tenía de él, quizás Jen había esperado que se convirtiera en una persona diferente.
Jaemin era consciente de que no era muy... interesante. No era jovial y sarcástico como Chenle, no era un geek y tiernamente torpe como Ten. Jaemin era de genio apacible, la gente probablemente lo encontraría aburrido y poco interesante si no fuera por su apariencia física, era lo único que la gente parecía notar en él y, a decir verdad, a veces Jaemin pensaba que era lo único interesante de él. Estaba acostumbrado a que la gente siempre comentará sobre su apariencia y nada más: había sido así desde su niñez. Cuando era un niño pequeño, la gente siempre lo arrullaba y comentaba que parecía un angelito, y Jaemin se había acostumbrado a ello, incluso Chenle a veces lo llamaba en broma vanidoso, pero Jaemin no lo consideraba vanidad, era la simple verdad: a la gente le gustaba mirarlo, incluso si era lo único que les gustaba de él.
Tal vez por eso el hecho de que su nuevo hermano evitara mirarlo y lo evitara en general molestaba a Jaemin más de lo que debería. Quizás fue su vanidad de nuevo, quizás debería superarlo, no siempre tenía que ser el centro de atención todo el tiempo.
Aun así, este él su hermano. Si a su propio hermano no le agradaba o no quería pasar tiempo con él, ¿Qué decía de él?
Finalmente, después de una semana en la que Jen apenas lo miraba, Jaemin había tenido suficiente.
Podría ser una persona relativamente apacible, pero incluso él tenía sus límites.
—Quiero hablar contigo —dijo Jaemin, entrando en la oficina de Jen.
Los hombros de Jen se tensaron levemente, sus ojos permanecieron en los documentos frente a él.
—Estoy bastante ocupado en este momento —dijo sin mirarlo —¿Quizás más tarde?
—Más tarde, —repitió Jaemin rotundamente, cerrando la puerta detrás de él. — Tengo la sensación de que estarás ocupado con otra cosa más tarde.
Por fin, Jen levantó la mirada, sus ojos inescrutables.
—No tengo idea de lo que estás hablando.
Jaemin sonrió sin humor.
—¿No es así? Me has estado evitando desde tu llegada, Jen. ¿He... he hecho algo que te disgustó? —Odiaba lo pequeña que sonaba su voz. Incierto. No era él.
Jen apartó la mirada por un momento antes de volver a mirarlo.
—No has hecho nada malo —dijo con voz tranquila.
Jaemin estiró sus sentidos, tratando de medir las emociones de Jen por su olor, pero fue difícil: su sentido del olfato no era tan bueno. Necesitaba acercarse.
Así que lo hizo.
Se acercó al escritorio.
Jen parecía volverse más sombrío con cada paso que daba.
—¿Qué estás haciendo? —Jen dijo, su mirada fija en él con cautela.
Se detuvo junto al escritorio de Jen e inhaló con cuidado, permitiendo que su aroma llenara sus sentidos. El aroma del hombre, el aroma de alfa. Jaemin lo inhaló más profundamente, sintiéndose inexplicablemente mejor. Qué peculiar.

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LLCT | Nomin
FanfictionEstá historia NO me pertenece, yo solo estoy haciendo una adaptación de la misma, todos los créditos a la autora. -Las edades han sido alteradas. -Algunos apellidos han sido alterados. -Mención de parejas secundarias. -Mención de incesto, leer con...