El bebé estaba rojo, arrugado y algo feo para ser honesto.
Jaemin le dio una mirada dudosa, todavía esperando que sus instintos omega se despertaran. Chenle había dicho que se enamoró de su pequeña hija a primera vista. A Jaemin no le estaba pasando tal cosa.
Una risa lo sacó de sus pensamientos.
—Parece que estás sosteniendo una bomba —dijo su esposo sonriéndole desde donde estaba apoyado contra la puerta.
Jaemin lo fulminó con la mirada pero no pudo evitar sonreír.
Lo extrañaba, no lo había visto en lo que parecía una eternidad. Diez horas.
—Es un poco feo —dijo Jaemin con sinceridad.
Jeno se rió y se acercó. Se sentó al lado de Jaemin, envolvió un brazo alrededor de sus hombros y lo besó en la mejilla antes de mirar a su hijo.
Ambos miraron al recién nacido dormido.
—Eh, —dijo Jeno —Tienes razón, se ve un poco feo.
—¡Ves! —dijo Jaemin antes de darse cuenta de que Jeno estaba temblando de risa —Te odio —se quejó.
—No, no es así —dijo Jeno, besándolo en la boca, todavía sonriendo.
Jaemin realmente deseaba no estar sosteniendo al bebé para poder envolver sus brazos alrededor de su pareja y abrazarlo. Se sentía terriblemente necesitado después de dar a luz, al menos esa parte sobre el embarazo la consiguieron bien los libros.
Quería abrazos, abrazos y besos. Quería a su alfa.
—Estás siendo ridículo —dijo Jeno juntando sus frentes — Creo que te estás preocupando por nada, tonto.
Jaemin reprimió un suspiro, a veces deseaba que Jeno no lo conociera tan bien. Nunca le había hablado explícitamente de sus dudas sobre sí mismo, pero parecía que no lo había necesitado.
—No es nada, ¿Qué tipo de omega mira a su primogénito y piensa que se ve feo? —Escondiendo su rostro en el cuello de Jeno, respiró su esencia y finalmente le dijo lo que le había estado molestando. —Ni siquiera me gustó estar embarazado, Jeno. Mejor dicho, me gustó pero por las razones equivocadas. Me gustó la idea de tener una parte de ti dentro de mí, no porque estuviera emocionado por el bebé en sí. Hay algo, algo fundamentalmente defectuoso en mí. Siempre he sido malo en las cosas en las que los omegas suelen ser buenos: cuidar, dar consuelo, cuidar a otra persona. Esperaba sentirme diferente cuando miraba a nuestro bebé pero... no creo que sienta nada— Sus ojos ardían de frustración, ira y decepción consigo mismo ¿Por qué era así?
—Oye, —dijo Jeno levantando la barbilla de Jaemin con los dedos y obligándolo a mirarlo. Sostuvo su mirada, sus ojos cafés serios y tan llenos de amor que hizo que Jaemin se sintiera mucho mejor. Jeno siempre lo hacía sentir bien —Eres perfecto para mí tal como eres —dijo Jeno, acariciando la mejilla llena de lágrimas de Jaemin con su pulgar —Sigo pensando que estás entrando en pánico por nada, pero incluso si tienes razón y no puedes sentir nada por nuestro hijo, yo estaré aquí siempre. No dejará de ser amado, lo prometo, te amo y lo amaré por los dos.
Con la garganta llena de emoción, Jaemin lo besó suavemente, su pecho lleno de afecto y amor abrumadores. A veces pensaba que amaba demasiado a Jeno, tanto que su capacidad para amar a los demás estaba severamente limitada.
El gemido de un bebé los hizo separarse.
Jaemin desvió su mirada hacia el bebé en sus brazos.
Se estaba despertando, su carita se arrugaba con tristeza. Los párpados hinchados parpadearon y los ojos oscuros miraron a Jaemin.
Jaemin le devolvió la mirada.
De acuerdo, tal vez el bebé no era realmente feo. Era algo... lindo, tal vez, tenía los ojos de Jeno. Ningún bebé con los hermosos ojos de Jeno podría ser feo.
El bebé hizo un pequeño sonido, su pequeña mano se estiró.
Después de un momento de indecisión, Jaemin lo tocó tentativamente. Dedos diminutos se envolvieron alrededor de su dedo, inesperadamente fuertes y el bebé hizo un sonido de satisfacción, su aroma se endulzó.
No, no era el olor del bebé, era el suyo, se dio cuenta Jaemin con una especie de asombro distante. Él era el que exudaba ese aroma dulce y reconfortante, quizás sus instintos no eran del todo inútiles, después de todo.
Jaemin radiante, se volvió para mirar a su marido. Lo encontró sonriendo suavemente.
—Mira, te lo dije, —dijo Jeno cubriendo la mano de Jaemin con la suya —Sé que serás un padre maravilloso, amor.
Jaemin miró sus manos, la mano del bebé tan pequeña entre sus palmas, y sintió que se le formaba un nudo en la garganta. Su marido, su hijo.
Se aclaró la garganta, parpadeando para eliminar las lágrimas.
Pero estas lágrimas eran felices, Jeno sonrió cuando las vio.
—¿Cómo lo vamos a llamar? —dijo Jaemin apretando sus dedos contra los de Jeno.
Su esposo lo besó en la mejilla.
—Como tú quieras —dijo, inclinando sus cabezas juntas mientras miraban a su hijo.
Jaemin tarareó pensativo antes de sonreír.
—¿Qué hay de Jen?
Jeno se rió.
—Es un nombre bastante bueno —dijo, sus ojos cafés brillaban con diversión.
Dioses, era tan guapo, tan maravilloso y él era suyo. Mirando a su esposo con adoración, Jaemin murmuró:
—Lo es, aunque amo más el tuyo.
—Eso espero, cariño —dijo Jeno con una sonrisa. Besó a Jaemin y Jaemin le devolvió el beso, su vínculo de apareamiento se iluminó con afecto, calidez y una sola emoción:
Te amo.
FIN

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LLCT | Nomin
FanfictionEstá historia NO me pertenece, yo solo estoy haciendo una adaptación de la misma, todos los créditos a la autora. -Las edades han sido alteradas. -Algunos apellidos han sido alterados. -Mención de parejas secundarias. -Mención de incesto, leer con...