❄️. 𝔼𝕏ℙ𝕌𝕃𝕊𝔸𝔻𝔸
Seguí en el equipo de Talía Toradze por dos semanas, y durante ese tiempo entrené, o mejor dicho, soporté cada día.
Había olvidado lo que era comer tres veces al día, pasamos a comer solo una vez y a cada momento del día nos pesaban.
Lo que al principio era indiferente para mi, se volvió un trauma. De esos malditos números en el peso dependía mi confianza y rendimiento en el hielo.
Como si fuera poco, el inicio de la temporada estaba a la vuelta de la esquina y eso tenía a Talía más sensible que nunca. La ausencia y el desinterés de su hija, Marina Martin, tampoco ayudaban en su humor.
—¡Dejen de hablar, parecen unos estúpidos loros! ¡Hay que trabajar! —Talía nos llamó al hielo.
Y yo, con toda la "motivación" del mundo entré a la pista junto a mis compañeras.
El hambre empezaba a darme dolores de cabeza, era una tortura patinar si sentías cuchillas en tu cerebro.
—Alexandra, muéstrame tu programa libre. —Me ordenó Talía.
Rápidamente me coloqué en mi pose inicial. En realidad, otro motivo por el que Talía y yo no nos hemos llevado bien es porque se me suelen olvidar los programas.
En mi defensa, no es mi culpa cuando ni siquiera conozco las canciones.
—El primer salto puede ser un cuádruple lutz. —Escuché decir al viejo Dmitri, y yo asentí.
Zack puso la música y yo empecé con el programa. Me deslice por el hielo intentado concentrarme con el dolor de cabeza.
Cuando llegó el momento del salto, no lo clavé.
Y ese fue el fin del mundo.
Para mi, porque era la primera vez que fallaba ese salto, y para Talía que comenzó a gritarme como loca.
—¡Increíble! ¡Que la primera dominante de los saltos cuádruples se caiga! ¡Espantoso, eso te descontará varios puntos Alexandra! —Talía me regañaba crudamente.
—L-Lo siento... solo necesito practicarlo. —Dije mientras me levantaba del hielo, desanimada.
—¿¡Eso vas a decir cuando pierdas!? ¡Que no practicaste lo suficiente! —Exclamó Talía. —¡Dirán que vienes a comerte los mocos en mi arena de entrenamiento!
—Oiga, me equivoqué, lo siento. —Le dije, rogando que se callara.
—Un "lo siento" no vale nada en el mundo competitivo, Ivanova.
Ella siguió regañándome, por lo que yo no pude controlarme.
—¡Escúcheme, sé que su vida es difícil en estos momentos, pero eso no le da motivo de tratarme así por una tonta caída! —Exclamé, harta.
ESTÁS LEYENDO
𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎
Teen FictionEn el competitivo mundo del patinaje artístico, nuestra protagonista es una talentosa joven que sueña convertirse en campeona olímpica. Desde pequeña, ha dedicado su vida al hielo, donde se siente más viva que nunca. Sin embargo, no tener el apoyo...