𝗔𝗟𝗘𝗫𝗔𝗡𝗗𝗥𝗔 (𝟳)

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❄️.ℝ𝔼𝔼𝕄ℙ𝕃𝔸ℤ𝕆

Amaneció y yo me levanté con muchos ánimos. Accidentalmente desperté a Karina, sin embargo, para mi sorpresa eso no la molestó. Escondió su oso de peluche como era de esperar, y se arregló conmigo.

Hoy dirían quien sería nuestro entrenador.

Karina me aclaró que todos los entrenadores eran buenos, pero la única que te aseguraba el éxito de los cuatro, era la madre de Talía. Comienzo a entender un poco más el afán que tienen con esa mujer, aunque insistía que sería difícil competir contra su hija.

Me encontré con Valeria en el pasillo, y minutos después apareció la madre de Marina. Creo que debería acostumbrarme a llamarla Talía y no madre de Marina, jeje...

—Valeria, Alexandra, Karina. —Ella nos llamó. —Vengan conmigo.

Nosotras la seguimos, los chicos que quedaron en el pasillo nos vieron con tristeza. Tal vez ellos pensaban que habíamos sido elegidas, yo creía que nos llevaría con los demás entrenadores y haríamos otra clase de prueba.

Llegamos a una pista de hielo donde se encontraban patinando tres chicas, parecían ser mayores que nosotras tres.

—¡Polina, Elizaveta, Alyona! —Las llamó Talía.

Las chicas dejaron de patinar y se acercaron, las tres eran verdaderamente hermosas a mi opinión, además del cuerpo bien formado que se traían.

—Chicas, ellas son Valeria, Karina y Alexandre. —Talía nos presentó. —Serán las nuevas patinadoras junior de mi equipo.

Las tres chicas mayores asintieron al unísono.

—¡Espere! O sea que... ¿Usted será nuestra coach? —Preguntó Valeria. Talía asintió y ella gritó de emoción a la vez que me abrazaba fuertemente. —¡No puede ser, soy una alumna de Talía Toradze!

—Sí, ya lo sé... por favor suéltame. —Le supliqué antes de quedarme sin aire.

—En un momento llegarán Dmitri y Zack, serán sus maestros también. —Suspiró la mujer terminando la presentación. —Bueno, pónganse sus patines a patinar. —Se fue, pero pude escuchar lo que preguntó en susurro. —¿Dónde estará Marina?

Yo me quedé pensativa ante esa pregunta, pero Valeria me arrastró hacia los vestuarios para ponernos los patines mientras gritaba...

—¡No puede ser, Talía me eligió para ser de su equipo!

—Valeria, cálmate por favor. —Le pedí por el bien de la humanidad. —¿Cómo pasaste la noche con Marina?

—No lo sé, no llegó a dormir. Ni siquiera dejó sus cosas en la habitación, asumí que estaba con su madre. —Dijo Valeria. Yo quise decirle que no era así, su madre tampoco sabía su paradero. —¡Pero ella no importa, si ya estoy en el equipo!

—Pues me temo que eso afectará el humor de Talía...

Valeria y yo nos callamos al escuchar la inesperada voz de Karina, mirando a Talía marcando su celular molesta, seguramente llamando a su hija.

—Jamás vi a una persona molesta tan temprano. —Bromeé.

—Yo la entiendo, es una falta de respeto que una alumna llegue tarde. —Argumentó Karina mientras se colocaba sus patines. —Sobre todo si se trata de tu propia hija.

—¿Alguien dirá lo que verdaderamente importa? —Intervino Valeria shockeada. —¡Karina tiene lengua!

—La tengo, pero no es un despilfarro como la tuya.

𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora