-Haru- toque su suave mejilla. -te amo- le susurré. Juntando nuestros labios, la suave piel blanquesina me hacia sacar uno que otro suspiro, los dulces labios, las frías manos tocando cada parte de mi cuerpo, diciéndonos palabras cursis quedando atrapadas en la habitación.
-Makoto, lo siento.
Abrí los ojos para darle un beso de buenos dias pero ya no estaba, me levante rápidamente y empecé a buscarlo, una nota;
-Makoto, lo siento.- las mismas palabras que había escuchado mientras dormia. Tome el papel y lo hice bola con toda mi fuerza. Buscando por los lugares donde concurriamos, llamándolo por su nombre, pequeñas y saladas gotas de lágrimas salian de mis ojos por desesperación.
¿no podre encontrarlo?
-!Haru!- paredes, puertas,escritorios, sillas, una cama, un cobertor, la humedad mis ojos dificultaba mi visión y pronto lágrimas caían en la tela blanca. De nuevo Haru no estaba conmigo, golpee la cama tres veces, los sollozos empezaron a salir, el nombre de la persona que había entrado a mi corazón quedaba atrapado en la habitación, esas cuatro paredes no dejarían que mi voz se escuchara mas allá de ellas y claramente el jamas las escucharía.
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-¡waaa! Nagisa eres demasiado bueno en este juego.
-es por que Mako chan es muy malo. -sonrió.
-definitivamente esos trajes no son para nada hermosos, no tienen una buena combinación.
-Rei chan deja de ver la combinación de ropa y ponte a jugar.
-¡¿aaah?! ¿me haz matado?
-lo siento Makoto senpai, lo confundi.
-Rei chan, ¿como puedes confundirte de blanco?
Las risas llenaban toda la casa. Los días no eran tan fríos y tristes con Nagisa y Rei a mi lado, ellos dos se preocupaban ahora por mi. No podia pasar ni dos dias sin que ellos vinieran.
Faltaban solo cuatro días para volver a la escuela. No había llamado a Haru ni a Rin, así como el me dijo, pero Haru no contactaba aun conmigo, estaba realmente muy preocupado, ¿volvera?
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-buenos días, por favor presentence para que pueda reconocerlos mejor. -nuevo maestro.
-Buenos dias, mi nombre es Tachibana Makoto, y tengo 17 años. -volví a sentarme. El nuevo asiento de verdad tenia una vista muy bella, daba con la piscina de la escuela y con el gran cielo azul, ahora entendía por que a Haru le gustaba este asiento.
-Makoto san... ¿Haruka san vendrá a la escuela?
-amm... -no sabia que responder.
-es que ya ha pasado una semana. Acaso... ¿ya no vive contigo? -justo dio en el clavo.
-y-yo... Bueno, n-no creo que él ven...
-Buenos días, me llamo Nanase Haruka, este es mi grupo, lamento no haber llegado la semana pasada. Mucho gusto.
-Joven Nanase... Tome asiento por favor.
-amm... Disculpa. -una voz delgada me hablaba, pero mi mente aun no reaccionaba. -am.. Ma-Makoto...
-yo.. Lo siento, este es tu lugar ¿cierto? -me levante y me movi al lugar de atrás.
-gracias. -esa sonrisa era la misma, ese cabello negro era el mismo, una cola caía del asiento, unas orejas ocultandose... Era él, era el mismo.
-Podria decirnos ¿por que falto tantos días? -preguntó el maestro.
-yo, no era mi intención. El vuelo se había decidido hacer el tercer día de clases, ya que todas los vuelos estaban ocupados. Pero aun así, hubo una tormenta eléctrica por varios días y tuvieron que posponer el vuelo. Lo siento sensei. Traigo los permisos, permitame entregarlos.
