Promise me no promises

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"El mar es precioso, por el día y atardecer las olas parecen ser delicadas, resaltando su belleza, pero inclusive algo tan precioso puede lastimarte, las olas por el día parecen inofensivas pero al anochecer son capaces de matarte. Todo comienza un 9 de marzo, parecía ser un día normal para mí hasta que llegó el profesor junto a un chico de rasgos que delataban que era tailandés, lo miré no se por cuánto tiempo, el profesor fue quien me hizo reaccionar pidiéndome que le diera el tour por la escuela y asentí nervioso, el me veía tímido, hasta su timidez lo hacían perfecto. Conforme los días iban pasando, me iba haciendo más cercano a él, sin darme cuenta estaba cayendo profundamente por el, cada parte que lo conformaba, cada uno de sus lunares, cada parte que él creía imperfecta, simplemente toda su existencia y no tenía idea que haciéndolo sería mi perdición y mi entrada al infierno."



14 de febrero del 2017


Oye, Ten, el profesor te está buscando y no se le ve muy contento, te está esperando en el patio. –Dijo un chico bastante agitado de correr buscándolo para desaparecer de nuevo una vez lo encontró.–

¿Q-qué hice? –Sintió su corazón apachurrarse, estaba asustado pues no sabía que había hecho, sintió su estómago revolverse queriendo vomitar ahí mismo, triste puso su sandwich de nutella con fresas que su hermana le había hecho con tanto amor en la basura, a penas le había dado una mordida.–

Pero, ¿el sandwich que culpa tiene?, me lo hubieras dado a mí. –Dijo el chino viendo el sandwich en la basura, parecía un tambo sin fondo, recién había comido 3 rebanadas de pizza y ya quería comerse el sandwich de su amigo.–

Déjalo en paz, Lucas, perdónalo, ya sabes como es el, ¿quieres que te acompañe para ver al profesor? –Miró a su amigo con pena al preguntarle, no quería dejarlo solo si estaba en problemas o al menos eso parecía.–

No te preocupes, estaré bien, Hendery, ya vuelvo. –Hizo una mueca aún triste para caminar hacia el patio, jugaba nervioso con sus manos mientras lo hacía, siempre se ponía muy mal, solía sobre pensar cada situación aunque no fuese nada malo.–

Miraba a los lados conforme a cada paso, sentía su corazón latir demasiado rápido de los nervios, sus manos comenzaron a sudar, trato de respirar hondo para regular sus latidos y calmarse, no fue hasta que miró a uno de su amigos en medio del patio parado quien lo miraba con una sonrisa enorme esperando a que se acercara lo suficiente para hablar.

Tae...¿qué haces aquí?, el profesor me está bus–

Perdóname, tuve que inventar esa excusa para hacer que vinieras rápido, por favor no me mates, te juro que es una muy buena razón. –Sacó un papelito de su bolsillo con las manos temblorosas soltando un suspiro antes de leer.– Ten, desde el día que te conocí, te adueñaste de mis pensamientos, mis latidos, suspiros e incluso de mis sonrisas, soy feliz cuando tú lo eres, cuando ríes, cuando te quejas, cuando me pegas y también cuando te enojas porque haces esa mirada que aunque se que quieres asesinarme para mí es la mirada más linda que puede haber. Es mi primera vez haciendo esto así que quise hacerlo lo mejor posible y que mejor que hacerlo en esta fecha, en san valentín. He esperado desde el día que llegaste a mi vida para poder decirte lo que siento, perdóname si es demasiado es solo que quiero hacerte entender lo enamorado que estoy, que por ti haría cualquier cosa, déjame cuidar tu corazón y darte el mío, Ten, ¿puedo ser tu novio?


Al levantar la mirada para mirar hacia el tailandés su sorpresa fue ver cómo tenía los ojos llorosos, mordiendo su labio para no llorar, Taeyong sintió una punzada en el corazón, creyó que había hecho algo mal y por su culpa estaba al punto de hacerlo llorar así que se acercó a él para disculparse.


Phantom Act I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora