Suni se ha topado con sirvientes, organizadores de boda, camareros... Todos se han detenido, indecisos, como si se debatieran entre decirle algo o continuar sus tareas. Que Suni pasara de largo con indiferencia les ayudaba a optar por la segunda opción.
Hasta que entra en una sala común y encuentra a un invitado. Deduce que es un invitado por su elegante traje malva, y por el deleite que muestran sus ojos al verla. Y son unos ojos muy grandes; a Suni le recuerda a los de un sapo. Él inclina su sombrero mientras suelta palabras en ílgaro.
Suni se da la vuelta, dispuesta a salir tal como entró, pero el joven se apresura a hablar en iora.
—Discúlpeme, señorita ¿Firelips? —La chica se detiene y él se acerca apresurado; hay una sonrisa ansiosa en su cara delgada—. Soy Emil Folkerang, un buen amigo de la infancia de su prometido. Es un placer conocerla. —Vuelve a inclinar la cabeza hacia ella.
—Galáctico, supongo —responde Suni dejando a Emil perplejo durante un pestañeo.
—¿Soy el primero? Sé de muchos que desearían el honor de conocerla antes del enlace.
—¿Ah, sí? ¿Por qué?
Emil emite una risa baja; solo le falta frotarse las manos para parecer una mosca.
—Usted está en boca de todos, señorita: la sanadora que salva moribundos.
Suni experimenta un ramalazo de incomodidad, que se atenúa al pensar en que su idea podría funcionar.
—Me tengo que ir...
Hace el amago de salir, para llevar a cabo su improvisado plan necesita salir al jardín, cuántos más invitados haya, mejor. Emil se interpone entre ella y la puerta.
—Por favor, le ruego que comparta unas palabras conmigo, seguro que puedo resultarle interesante.
Suni le regala una expresión escéptica.
—Viene de un país muy distinto al nuestro, seguro que se encuentra un poco perdida, yo puedo ofrecerme a ser su guía.
—¿Con qué intención?
—La de ser su amigo, por supuesto.
Suni estudia en silencio la figura alargada de Emil, sus cabellos pajizos asomando tras el sombrero, las manos delgadas que no dejan de jugar con los botones de su traje...
—Hum. No sé, Emil, me da que tú quieres otra cosa. Venga, suéltalo o me voy.
El joven vuelve a quedar perplejo y, en esta ocasión, tarda varios segundos más en recuperarse.
—Es usted una joven muy perspicaz, señorita Firelips. En efecto, mi deseo va más allá de construir una amistad con usted, que, desde luego, lo deseo fervientemente...
Suni bosteza.
—Me aburro.
La boca de Emil se abre sin emitir sonido. Ahora parece una sardina boqueando.
—Discúlpeme —balbuce—. Seré claro: deseo recuperar la amistad de su prometido.
—¿No decías que erais amigos de la infancia?
—Lo éramos, desde luego que sí. Sin embargo, con la caída de los Lexer las cosas cambiaron. No podía estar con Djeric, pese a desearlo, le aseguro que así era, pero mi familia no me lo permitía. Es algo que lamento, y desearía que él me comprendiera.
—Así que quieres acercarte a mí para acercarte a él.
Emil estira la comisura de sus labios como si se estuviera obligando a ello.
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Choque: Alas Encadenadas #PGP2024
Fantasy🥉3er lugar en Fantasía y Ciencia Ficción Contest 2024 *** Un compromiso matrimonial por poderes de sangre que no puede romperse sin terribles consecuencias. Djeric Lexer desembarca en Ioral con una misión: recoger a su futura esposa, y ya de paso...