Mi marido es mi hijo parte 3

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JUANY

Hola soy Juany de nuevo. Quiero contar las últimas novedades de mi negocio de estética junto con mi marido que si recordáis es mi hijo, y con nuestra hija común que era una mujerona con polla.

Han pasado ya seis años desde que publiqué mi primer relato, ahora yo soy una cincuentona rubia y hermosa con 57 años, he engordado un poco, pero a mis clientas les encanta comerme así.

Mi hijo Miguel con el cual estamos legalmente casados como ya expliqué en las dos entregas anteriores ya tiene 42 pero aparenta más y sigue estando igual de bueno que siempre, ahora es un madurito muy interesante que sigue obsesionando con su cuerpo a mis clientas.

Nuestra hija, Laura ya ha cumplido los 24 y sigue trabajando con nosotros. Está guapísima, hermosa. Muy alta, 1,80, unas piernas largas muy gordas de arriba abajo cosa de la que le gusta presumir enseñándolas siempre con shorts, minifaldas o leggins, no tiene complejo. Pero su éxito lo tiene entre las piernas si recordáis los que leísteis la segunda parte de esta serie. Un pito grande, precioso, blanco, con un gran prepucio que vuelve loca a mi clientela. Laura nació niño, pero se desarrolló en un cuerpazo de mujer y su cara no puede ser más simpática.

Han pasado ya muchos años de nuestro gabinete de estética sexual, hemos tenido una crisis debido a la pandemia, lo que ha hecho que lo que hacíamos antes legalmente lo  hacemos ahora en negro y directamente en mi casa.

Tuvimos que prescindir de los servicios de nuestros trabajadores los cuales ya no están con nosotros. Ya se nos fue José el macarra buenísimo del barrio que atraía a las clientas, la morena maciza que teníamos en recepción, la rechoncha mamá bajita, la niñata golfilla mami del barrio que tanto gustaba a los señores clientes, y el matrimonio del culturista y la madura culona. La pandemia hizo que se buscaran la vida de otra manera.

Sin embargo, nosotros hemos sobrevivido solos durante el confinamiento en familia, es decir yo, mi marido y mi superhija.

Ahora en el 22 una vez superado el miedo al coronavirus, el negocio ha aumentado exponencialmente. Hay que ver que ganas de guarrear tienen mis señoras clientas. De manera que, aunque todavía estamos trabajando en mi casa, hemos tenido que reclutar nuevos trabajadores, sobre todo este verano. Os los presento:

En primer lugar, como recepcionista en nuestro salón está una chica morena llamada Vero de 36 años madre de una niña que está muy buena y es muy servicial. Trabajaba en la farmacia del barrio y un día que fue mi hijo la pilló metiéndole mano su jefe, un viejo de 70 años muy salido. Este animó a mi hijo a unirse a ellos. Bajo la bata vio que el boticario se la tenía metida en el culo dejando al aire su chocho sin pelos y de labios muy hinchados por lo que se la hincó por ahí haciendo con la morena un hermoso sándwich.

a mi hijo le gustó y se la ligó a pesar de estar casada. En seguida le ofreció trabajo con nosotros. Ella es muy dicharachera y zalamera y se encarga ahora de entretener a las clientas contándoles guarrerías enseñando sus generosos muslos para que cuando entren a los dos gabinetes que tenemos instalados en dos dormitorios estén ya calentonas.

Después hemos recuperado a Nieves, la tetona que empezó con nosotros como esteticista. Ahora ya tiene 29 años y tiene marido y un hijo pequeño. Ahora está más maciza con gordos muslos y sus tetas son aún mas grandes pues está en periodo de lactancia. La hemos recuperado porque se quedó en paro y la verdad es que es una gran profesional de las uñas.

Y por último tenemos a Pepa y Javi, dos vecinos del bloque que vienen esporádicamente solamente a prestar servicios sexuales. Pepa es una madre soltera de cuarenta y cinco años que está harta de putear por ahí. Es gorda, con carnes turgentes pero muy muy atractiva de cara y muy cachonda.

 Relaciones Familiares con Final FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora