Mi marido es mi hijo Parte 5

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Hola, otro año más estamos aquí. Soy Juany la señora con un negocio de estética sexual casada con su propio hijo, Miguel, y con una hija trans, Laura.

Para más detalles podéis leer los cuatro relatos anteriores de Mi marido es mi hijo.

Ya tengo 58 años, estoy gorda, lo reconozco pero sigo gustándole a mis clientas. Vamos a escribir tres relatos. En primer lugar os contaré algunas nuevas experiencias, luego lo hará mi marido y para terminar lo hará nuestra hija por primera vez.

ESCENA 1: ME ENCOÑO CON MI CLIENTA SILVIA.

Ya os contamos en la segunda parte las relaciones con Silvia, una madura de cincuenta y pocos que es mi clienta desde que tenía treinta. Silvia es adorable, es dulce como una niña y pese a su edad conserva un tipito esplendido de adolescente, está muy buena.

Si, aquella chica que orgasmeaba cuando le hacia la pedicura. Pues bien me he enamorado de ella. Silvia solo requería que mi marido le chupase los pies exhibirse metiéndose enormes dildos en la barriga. Pero conseguí conquistarla y ahora la tengo aquí en mi cama de matrimonio. La chica se ha quedado dormida después de varios orgasmos chupándole los deditos de los pies.

Está de costado, ¡cómo se le marcan las curvas de sus anchas caderas! La jodida se mantiene delgada con lo gorda que yo estoy. Le gusta presumir delante de los amigos de su adolescente hijo a los cuales deja que se la follen cuando les dé la gana.

Silvia se ha corrido pero yo no y estoy ardiendo, así que me propongo despertarla haciéndole lo que más le gusta, le abro su almeja elástica y poco a poco voy introduciéndole mi puño en su coñazo hasta el codo. Muevo mi mano dentro de su vientre. Desde fuera observo como su barriguita se dilata y se nota mi puño.

Esto le da un gustazo tremendo y se despierta.

Silvia: bruta, me estás haciendo daño en el útero.

Juany: calla, que sé que a ti te encanta.

Tiene un coño tan elástico y dilatado que hoy se me ha presentado con un vestido premamá haciéndose pasar por embarazada con un muñeco de esos que parecen bebés reales dentro, la hija de puta parecía preñada, y quitándose el ceñido vaquero lo “parió” delante de mí.

No puedo más le pido que me coma, me pongo a cuatro patas y Silvia me abre la vulva pasándome su lengua de arriba abajo.

Silvia: te chupo el culo?

Juany: si no te da asco me encantaría

Me mete cuatro dedos en el chocho y me folla mientas me lame el ojete.

Juany: oh, que bueno. Me corro niña!

Luego me echo sobre su cuerpo. Le gusta que le aplaste su delgado cuerpo.

Silvia: joder, como pesas Juany, tengo la vejiga llena. Me meoooo….

Mientras la morreo dándonos nuestras lenguas siento como me moja una pierna con un largo chorro de pis que moja mi cama.

ESCENA 2: MI VECINA SUSANA Y SUS HIJOS: LA NUEVA INCORPORACIÓN PARA MI NEGOCIO.

Hace poco, un fin de semana, estaba yo sola en casa y llaman al timbre. Era susana una chica de unos 38 años que está muy loca vecina de la planta 4.

Me suplicó que le diera trabajo en mi negocio como prostituta, que ya lo era desde hacía unos años pero que le va mal el negocio y que tiene problemas económicos.

Yo le dije que no contrato prostitutas sino esteticistas especializadas y que ella no sabía nada de eso. Pero me hizo cambiar de opinión cuando me dijo:

Susana: por favor, Juany. Sé que aquí vienen muchas clientas a follar solamente y que algunas requieren servicios fetichistas especiales. Yo soy una golfa desde pequeña, soy una cerda que es capaz de todo y por poco dinero, estoy acostumbrada. Ya sabes que desde que me separe de mi marido nigeriano que me maltrataba, he tenido que sustentar a mis dos hijos negritos con mi cuerpo.

Juany: ¿cómo con tu cuerpo?

Susana: literalmente, prostituyéndome por ellos y también enseñándoles a follar para que ellos también me ayuden a llevar la casa para adelante.

Aquello me dejó perpleja, yo sabía que había tenido dos hijos negros como su padre y que ya eran grandecitos pero no que fueran mayores de edad y que se prostituyesen follandose a su madre blanca.

Por cierto, se me ha olvidado describir a Susana. La conozco desde niña, siempre ha sido una rebelde, incluso ha tenido problemas mentales, se fue al extranjero en su juventud y vino con dos negritos. Susana es delgada, sin grandes curvas pero con un cuerpo atractivo y una cara de zorra que pone cachondos a hombres y mujeres.

Juany: entonces también aportarías a tus dos negritos?

Susana: si claro, tanto para follarse a las clientas como para exhibirme con ellos que le da mucho morbo a la gente ver como dos negros se tiran a su mamá blanquita. Además son pequeñitos pero tendrías que ver los pollones que gastan.

Juany: me has convencido puta, pero para ver si estas dispuesta a todo agáchate y abre la boca que me estoy meando.

Susana se quitó la camiseta bajo la cual no llevaba sujetador dejando al aire dos tetitas colgantes de pezones oscuros que destacaban en su pecosa y blanca pie, se hincó de rodillas y abrió la boca.

Susana: meate que me lo trago todo señora.

Yo me subí la falda, me eché las bragas a un lado y le solté una larga meada dentro de su boca grande que tragó hasta la última gota.

Juany: ahora quiero conocer a tus hijos.

En seguida Susana los llama por teléfono e inmediatamente me encuentro a dos chavales muy negros en mi casa, ambos con las pollas fuera de la portañuela. El mayor con una manguera erecta enorme y el menor con un nabo muy gordo pero flácido.

Susana: joder Pepe os dije que vinierais empalmados para la señora. Acércate.

Los dos hijos se acercaron a su madre que seguía en el suelo de rodillas con la cara  y las tetas mojadas de mi orina. Ella les agarró con cada mano sus pitos y se metió en la boca el enorme capullo del que la tenía flácida poniéndosela dura en poco tiempo.

Susana: Juany, ¿Qué le parece a usted estos dos rabos de mis negritos?

Juany: que tengo que catarlos. Metedme mano los tres.

Me desnudé quedándome en bolas con mis cantaros y mi barriga gorda expuestos. La madre se me acercó y me metió la lengua hasta la campanilla mientras los hijos se amorraban a mis tetas como si quisieran mamar leche. Lo hacían bien los jodidos niñatos. A la vez me sobaban con sus manos mis gordas carnes.

Susana: quiero ver cómo follais a vuestra asquerosa madre.

La madre lo primero que hizo fue abrirles los culos a sus negritos y meterles la lengua bien dentro para ponerlos cachondos. luego se desnudó totalmente viendo los abundantes pelos negros que tenía en sus pubis y en sus axilas. Se tendió bocarriba y abriéndose de patas sus hijos consiguieron meterle sus rabos enteros a la vez en el coño mientras le chupaban los sobacos.

Yo no pude más, me senté sobre su cara y ella me hizo una comida de higo impresionante corriéndonos los cuatro cuando vi como le rebosaba la lefa de sus hijos de su coño.

A partir de ahí, los tengo contratados y cuando los necesito los llamo y enseguida están en casa para ofrecer su espectáculo incestuoso a mis clientas. O para que los negritos se las follen. Mi marido le hace a susana auténticas guarradas sado escatológicas y a mi hija le encanta darles por el culo a los hijos mientras les menea los nabos. También la  mi Laura le gusta bañarlos con su blanco semen sobre su negrísima piel.

 Relaciones Familiares con Final FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora