Las aventuras de una adolescente cochina Parte 2

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María siguió visitándome por las mañanas cuando no hay nadie en mi casa para contarme sus “aventuras”.

A los 18 años dejó de ir con jovencitos para follar con maduros porque dice que son más guarros, como a ella le gustan. A esa edad María tenía un ano muy grande pues estaba acostumbrada a que la follaran por ahí para no quedarse preñada. Lo que me asombró es que se corriera sólo tocándose el recto, era una viciosa del sexo anal.

Me contó que se envició lamiéndole los culos a los tíos y que finalmente la pervirtió un viejo en el que coincidía todos los días en el autobús cuando iba a clase.

La muy sinvergüenza fue la que lo provocó sentándose frente a él y enseñándole sus muslos abriéndose de piernas y subiéndose la faldita. Un día que estaban en la parte de atrás del bus, el tío le metió mano estando tras ella bajo la falda e introduciéndole dedos se los chupaba y se los daba a chupar también a ella.

La putita se dejaba, y el viejo cada vez metía más dedos. María tiene un ano muy flexible y con facilidad le metió la mano entera. María flipaba y le decía:

MARÍA:  más, viejo verde, méteme más. Qué me gusta sentir tu puta mano en mis tripas.

VIEJO: Ostias, guarrilla. Qué culazo tienes. Te sabe a gloria. Me gusta tocarte tu caca con mi mano.

Los muy guarros disfrutaban con la escatología, allí mismo en el bus el tío le sacaba la mano y le daba a chupar caldos culeros a la chica. Después seguía metiéndole la mano hasta que se corría la cerda.

Así todos los días hasta que el viejo una vez se sacó la polla y se la metió en el culo mientras le daba sus dedos a chupar a María. En dos o tres empujones se corrió dentro de su culo.

Esto me lo contó María la segunda vez que vino a mi casa. Vestía unos legings negro ajustados y una camiseta negra. María es una chica que desde pequeña ha olido mucho a sudor. Yo le he dicho muchas veces que se lave más, pero ella pasa de todo. Ese día le dije: “como no te laves no hago nada contigo”.

MARÍA: pues lávame tú, Inma.

INMA: no, dúchate tú, y mientras yo me pajeo viéndote mientras sigues contándome tus aventuras.

Así que mientras se duchaba, viendo su cuerpazo lozano de 19 años siguió contándome.

Poco después conoció a un cincuentón llamado Juan, se lo presentó el director del instituto. Era un vicioso de las orgías y el intercambio de parejas. Según María se enamoró de él, era un tío mayor y muy guapo y le daba caña de la que a ella le gusta. Empezó a enviciarla en el sexo con muchos tíos. Se veían en su casa con cuatro o cinco amigos y le hacían de todo a la chiquilla. Entró en el mundo de los gangbang y a ella le encantaba que le metieran pollas a la vez por todas partes. A veces dos a la vez en el culo por tenerlo tan abierto.

Lo primero que hacía en cada sesión de grupo era limpiarles los culos a los tíos con su lengua, le encantaba esa guarrería. Juan la envició a estar llena de semen a rebosar. La muy guarrita se quedaba con el semen dentro y luego a solas se lo comía metiéndose los dedos en el chocho o en el culo.

MARÍA:  Tía, me llenan el culo de leche y me dura dos o tres días para entretenerme.

INMA: Qué exagerada eres María, ya no sé si creerte.

MARÍA:  lo sabía, por eso he venido preparada. Tengo el culo lleno de esperma de ayer y te lo voy a dar todo. Métete en la ducha conmigo.

INMA: me desnudé y me metí en la bañera con ella.

MARÍA:  Túmbate en el suelo puta!

INMA: Pero niña!

Me obligo a tumbarme, se abrió los cachetes y expulso un chorro de esperma muy largo que me puso hecha un asquito bañándome desde el chocho hasta la cara de leche.

INMA: Ostias, María. ¿Cuántas corridas tenías ahí retenidas?.

MARÍA:  No sé, por lo menos 10 que me metieron anoche cinco tíos.

María se echó sobre mi cuerpo en mi gran bañera y se restregó todo el semen por su cuerpazo, lamiendo lo que tenía en la cara.

INMA: María, qué pesas mucho!

MARÍA:  Aguanta perra!

Cogió algunos cuajarones de semen y me obligó a comérmelos. Luego se puso en posición 69 y me comió mi larga pipa. Mientras yo le comí el chocho que aun olía a bacalao.

INMA: la próxima vez que no vengas bien limpia no hago nada contigo.

MARÍA:  Es que a los tíos le ponen que esté guarra, no veas cómo se le levantan sus morcillonas pollas

INMA: Ay, no me muerdas la pipa!!.

MARÍA:  méteme la mano en el culo Inma, verás lo grande que lo tengo, y así de paso me sacas todos los restos de leche.

María abrió su ano fácilmente dejando un agujero enorme, lo que me hizo meterle la mano entera fácilmente. Estaba caliente y lleno de semen.

MARÍA:  métemela hasta el fondo, no tengas miedo. Lo tengo como la mamá Chari tuya.

Era verdad!. Le metí el brazo entero hasta el codo!

Fóllame que me corro, mamá Inma!, me dijo la puta cría.

Después de descansar nos fuimos a la cama y me contó que últimamente también se habían incorporado a las orgías de los hombres sus esposas. Señoras de alta sociedad, cincuentonas pero muy cachondas a las que les encanta que les coma sus coñazos.

María: son muy guarras también. Al final acaban meandose sobre mí y me obligan a tragarme toda su orina. Pero le he cogido el gusto y ahora también lo hacen sus maridos.

INMA: Qué bestia eres. Me estas calentando otra vez!

MARÍA:  a veces se mean tanto en mi estomago, que tengo que ir al váter a meterme los dedos y vomitar porque me da nauseas de tener el estómago tan lleno.

MARÍA:  El otro día les propuse una idea que leí en unos de tus relatos Inma. Mientras la mujer de Juan se meaba en mi boca tragándome todo su gran chorro, le dije al marido que me la metiera en el culo y se meara en mi culo. Me gustó la lavativa que sentí, me hizo ir al váter a cagar.

Me puso tan cachonda que me la llevé de nuevo a la bañera y la meé echándole todo mi pis en su boca. La muy guarra me demostró que era verdad!.

Esto es para mí un sueño, se están haciendo realidad mis fantasías con esta puta cría.

A partir de ese día cuando venía solía traer los agujeros llenos de leche de tíos. Y mientras que me contaba sus experiencias, tanto ella como yo la sacábamos con los dedos y la íbamos degustando

 Relaciones Familiares con Final FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora