Al día siguiente María había quedado a las nueve de la mañana con su tía en el establo. Cuando llegó se la encontró ordeñando a una vaca. Le sacaba largos chorros de leche y de vez en cuando se agachaba para darse un trago.
María observó que su tía vestía el fino vestido que tenía totalmente desabotonado. No hacía calor pero Francisca debía estar caliente pues tenía su gran cipote totalmente tieso.
MARÍA: Buenos días tía Francisca.
FRANCÍSCA: Hola sobrina, acércate y desayuna leche directamente de la vaca, verás que buena está.
MARÍA: pero tía, por qué estás ya empalmada?
FRANCÍSCA: Hija, en cuanto entro al establo mi olfato animal detecta el celo de las cochinas y mi instinto de semental se despierta.
María se agachó y tragó varios chorros de la leche de vaca.
FRANCÍSCA: Además, esta vaca me ha puesto cachonda, tiene un coñazo espectacular que también lo huelo desde aquí. Mira cómo me lo como.
Francisca se levantó y poniéndose tras la vaca le lamió su gran vulva metiéndole la lengua dentro todo lo que podía. De pronto la vaca se puso a mear en la cara de la mujer y esta se tragó un largo chorro de su orina. La puso chorreando.
MARÍA: que guarra eres tía. Después dicen que si yo.
FRANCÍSCA: Mira María, mira cómo le entra todo mi brazo a la puta vaca.
Efectivamente, Francisca le fue metiendo su gordo brazo desnudo ahondando hasta llegar al hombro.
MARÍA: joder! Que coñazo tiene la vaca!
FRANCÍSCA: ven que estoy muy caliente, vas a ver cómo me tiro a una cochina.
MARIA: tía, como tienes tanto pelo en los sobacos? No te da vergüenza?
Francisca: Qué va, me gusta. No me depilo nada. Como puedes ver tengo mucha pelambrera en el coño y el culo. También en las piernas. ¡Dónde hay pelo hay alegría!.
Francisca se quitó el vestido, fue por la cerda más grande y le metió todo el nabo hasta el fondo. El animal gritó. Pero pronto se puso a gozar. Francisca se quitó el vestido chorreante del meado de la vaca y se quedó en pelotas con tan solo unas botas de porquero que le llegaban hasta las rodillas.
Follaba con ganas a la guarra. Cuando se iba a correr agarró al animal por debajo de la barriga e increíblemente lo levantó del suelo teniéndola hincada por el chocho. Definitivamente la fuerza que tenía era sobre humana. Se corrió como berreando como un cerdo con la cochina en sus brazos. Debió llenarle todo el coño pues de la vulva chorreaba semen. Francisca era todo un semental.
FRANCÍSCA: esta ya la he preñado, seguro.
MARÍA: joder tía, me has puesto a cien.
María se quitó los shorts bajo los cuales no llevaba bragas y se puso a masturbarse.
FRANCÍSCA: ven hija, que te voy a enseñar cómo me lo monto con el burro. Se llama Pepón y es un guarro. Mira como me come el culo.
Francisca se agachó delante del burro y se puso a lamerle el peludo coño y culo con una larga lengua.
FRANCÍSCA: tengo ganas de cagar, mira lo que hace Pepón.
Francisca apretó soltando un largo y grueso mojón y el burro se lo fue comiendo hasta tragárselo todo.
MARÍA: qué fuerte, mira, vaya tranca que le ha salido al burro, le llega casi hasta el suelo.
FRANCÍSCA: Si, está muy bien dotado. Vamos a disfrutar de él. Cómele el cipote tú mientras yo voy a probar ese culo tan hondo que dice tu padre que tienes.
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Relaciones Familiares con Final Feliz
Historical FictionMi vida es una cosa y mis fantasías son extremadamente pervertidas. Me gusta imaginar sexo todo el día y después masturbarme pensando en hombres y en mujeres. Me excita mucho el incesto, la zoofilia, el fisting, el pissing, el gangbang, las relacion...