Me llamo Isa. Recuerdo que desde pequeña mi madre andaba por casa con lencería sexi y a veces en bolas sin cortarse ni un pelo por lo que yo lo veía natural pero a la vez me calentaba de forma que aprendí a masturbarme muy precozmente.
Mi madre se llamaba Francis, me parió a los 45 años, era una cuarentona pero se mantenía muy bien, era muy alta y atractiva. Rubia, pelo corto y largas piernas que acababan en un buen culo de anchas caderas bajo una cintura estrecha.
Ella pasaba mucho tiempo fuera, al cumplir los 11 años descubrí un CD en casa que me llamó la atención. Lo puse en el reproductor y me quedé asombrada, era una película porno en la que la estrella era mi madre. En esa peli follaba con un negrazo con un pollón considerable. Yo ya a esa edad estaba muy desarrollada y llevaba ya un año haciéndome pajas, por lo que no puede evitar ponerme cachonda y correrme viendo cómo el negro le daba por culo a mi “pornomamá”.
En esos momentos entro mi madre y me pilló con las manos en la masa. Se puso colorada y no tuvo más remedio que confesarme que desde joven era actriz porno, que se ganaba así la vida y que no me avergonzara de ello.
Yo me puse a llorar, ella me abrazó consolándome. Me enfadé y me fui a mi habitación a mi cama. Extrañamente no se me quitaba la calentura de encima, así que tuve que masturbarme para desahogarme. Al día siguiente fui a pedirle perdón a mi madre.
Era verano y hacía mucho calor, las dos estábamos en bragas y sujetador, pero los de mi madre eran especialmente de puta.
ISA: siento lo de anoche mamá, comprendo que tu profesión no es peor que otra, además te confieso que me gustó mucho lo que hacías en la película. No pude evitar la tentación de masturbarme.
FRANCIS: no te preocupes hija, son cosas naturales. Toda mi vida ha sido mi forma de trabajo pero también es una afición porque soy muy cachonda. Tengo muchas más pelis guardadas. ¿Te apetece que veamos juntas otras?.
Yo le dije que me encantaría, así que nos sentamos las dos, en el sofá y me puso una de cuando era joven. Tendría sólo unos 18 años e interpretaba a una escolar que follaba con su profesor. Luego puso una donde tendría unos 40 años, en la que lo hacía de madre que follaba con sus tres hijos mayores a la vez, uno por cada agujero.
Ambas nos pusimos muy calientes y mi madre se quitó las bragas y se puso a pajearse.
FRAN: Isa, tócate tu también si quieres, veo que estas cachonda. Por mí no te cortes.
Me quité las bragas y me masturbé delante de ella. Llegó un momento en que nuestros muslos se juntaron. No pude evitar sobar sus enormes piernas. De pronto ella me cogió la mano y se la llevó a su coño depilado. Noté que estaba lleno de jugos.
Se lo sobé y le continué yo haciéndole la paja hasta que se corrió en mi mano. Luego ella se abalanzo sobre mi chocho comiéndomelo hasta que me vacié yo en su boca.
A partir de entonces casi todos los días veíamos pelis porno de mi madre. Había rodado muchísimas a lo largo de toda su vida y mientras las veíamos mi madre me enseño a hacer guarrerías con la boca, el chochito y las manos. Le encantaba que le metiera mi brazo entero en su coñazo.
A partir de los trece años yo ya era una golfilla, pues ya follaba con algunos chicos de mi edad. Mi madre se calentaba cuando le contaba mis aventuras, sobre todo cuando le traía mi coño lleno de esperma de los chicos, la cual no desperdiciaba sorbiéndolo todo.
Fue entonces cuando se echó una pareja que vino a vivir a casa. Era un compañero de trabajo que yo ya había visto en muchas pelis, un joven negro de 24 años que contrastaba mucho con ella que ya tenía 58.
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Relaciones Familiares con Final Feliz
Fiction HistoriqueMi vida es una cosa y mis fantasías son extremadamente pervertidas. Me gusta imaginar sexo todo el día y después masturbarme pensando en hombres y en mujeres. Me excita mucho el incesto, la zoofilia, el fisting, el pissing, el gangbang, las relacion...