Divorce to twilight [ADAPTACIÓN]

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Para ser honesto, no quería hablar más. No tenía ganas de conversar en absoluto. Como fuera, decidió ser paciente por el niño.

- El clima es agradable hoy

- Sí - Estaba enojado y triste en ese momento, estaba emocional, pero intentó sonreír y le pidió al niño que, por favor, perdonara a su padre por ser tan aburrido y seco al momento de conversar.

- Fui al hospital hoy y me dijeron que no había nada malo

- Sí

- Ah, cierto. ¿Hay alguna comida que no le guste?. Creo que fui el único que habló antes

- No hay nada

- ¿Oh, entonces tiene alguna comida favorita?

- Para nada

- …Bueno, tal vez alguna comida, la que sea

- Ninguna

- Oh… De hecho yo soy alérgico a las nueces. Desapareció por un tiempo cuando era joven pero creo que regresó desde el año pasado. Cuando como nueces siento como si me ahogara, así que siempre como con cuidado desde entonces. No quisiera que mi hijo se pareciera a mí en ese aspecto. Hay muchas cosas deliciosas en el mundo, es triste si no puedes comer una; dijo que no es alérgico a nada así que espero que el niño se parezca más a usted y no tenga alergias

Se esforzaba mucho por hablar pero la conversación eventualmente llegaba a ser sólo sobre el niño. Pete podría pensar que Vegas estaba conversando, pero no lo hacía. Él hablaba con el niño mientras Vegas observaba la escena. Cerró los ojos porque se sentía cansado. Vegas pudo sentir las feromonas de Pete ligeramente. Era la primera vez que las sentía. Éste abrió sus ojos ligeramente ya que aún seguía esforzándose por hablar. Sacaba otro tema de conversación aún si sabía que Vegas no lo estaba escuchando.

- Vegas ¿tiene sueño?

- Bueno…  - Debería haber dicho que estaba bien, en realidad sus párpados se sentían pesados. Se recargó en el sofá y cerró los ojos por completo y cuando los abrió de nuevo, la sala de estar estaba obscura y no había nadie frente a él. Sólo quedaba la manta con la que Pete se cubría el vientre antes. De pronto sintió miedo y cuando volvió a mirar a su alrededor, estaba oscuro y parecía que no había nadie en casa. Cuando miró la manta, no era suave como cuando era nueva sino que estaba toda rasgada y rasposa. Sintió escalofríos y saltó de su asiento intentando encontrar el rastro de alguna persona, pero no podía sentirlo. No encontraba ni al tío, ni al secretario, ni sentía el aroma de Pete. ¿Qué era aquello?.

Aquella ansiedad. Abrió la puerta de la habitación a la que Pete siempre estaba atado.

No podía ver nada porque la luz no estaba encendida. ¿Estaba durmiendo?, ¿cuánto tiempo había pasado?. Sintió mucha oscuridad así que encendió la luz. Se encandiló por un segundo así que cerró los ojos y cuando los volvió a abrir, fue aún peor. Había mucho polvo por toda la habitación, se veía sucia, con cajones vacíos en el suelo y las sábanas frías como el aire. ¿Qué?, ¿a dónde fue?, ¿con el niño?, ¿acaso huyó?, ¿en tan poco tiempo?. Buscó el teléfono pero no pudo encontrarlo. Pensó que no tenía opción más que salir, pero la puerta no se abrió.

No importaba cuanto forcejeara, ésta no cedía así que estrelló el puño contra ella. ‘Tengo que salir. Necesito salir de aquí. Si no lo encuentro…’.

- ¿Director ejecutivo? ¡Ugh! - Abrió los ojos al escuchar la voz de alguien llamándole. Una luz brillante iluminaba la cálida sala de estar dándole una energía humana y la sensación de estar acompañado… Y ahí estaba Pete parado frente a él, cubriéndolo con su manta.