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Vegas observaba una extraña escena cada mañana recientemente. Hubo un problema con la fábrica vietnamita, así que no pudo dormir junto a Pete durante unos días, apenas le daba feromonas subía al estudio del segundo piso para ocuparse del trabajo.

Pero de repente se levantó de la silla y miró por la ventana, al escuchar que alguien salía de la casa. Al principio pensó, ‘¿es el tío?’. Pero pronto descubrió que la altura y la ropa no eran parecidos a él. Vegas y Pete por el momento eran los únicos en esa casa, así que tendría que ser Pete quien saliera corriendo de esa manera.

Vegas miró el reloj. ‘2 a.m. ¿A dónde diablos vas vestido con esa ropa tan fina? ¿Estás dando un paseo?’. Al ver que el taxi se detenía frente a la puerta, supo que no era así. ‘¿Pasó algo en su casa?’. Creyó que el presidente Park estaba funcionando correctamente porque estaba trabajando de nuevo, pero pronto comprobó que no había ningún informe y descubrió que tampoco era eso.

Pensó en llamarle, pero lo dejó pronto. ‘Me pregunto qué pasaría porque soy una buena persona y soy una persona que piensa que su hijo es terrible’. Habían pasado cuatro días desde entonces, aun así, Pete salía exactamente a las 2 de la mañana.

A las 7 de la mañana, era hora de ir a trabajar, Vegas se puso una corbata y se sentó en la mesa. Pero no había nadie a su lado.

- ¿Dónde está el Pete? - Cuando Vegas le preguntó, el tío dejó el desayuno y habló.

- Está durmiendo ahora mismo. Me pidió que el director ejecutivo comiera primero

- ¿Está durmiendo?

- Si estás embarazado, duermes mucho. Me aseguraré de alimentarlo más tarde, el director ejecutivo debería apresurarse a comer e ir a trabajar

Por cuarto día consecutivo, Vegas no vio la cara de Pete por la mañana. Cuando llegaba del trabajo por la noche, parecía más delgado, leía libros e intercambiaban feromonas.

- Pete, está leyendo un libro diferente este día - El tío puso la fruta en la mesa.

- Sí, he terminado de leer el que estaba leyendo antes

- Eso es grueso

- A medida que lo miro, lo leo más y más rápido

- Dios mío, es tan diligente

La señora se marchó mientras tocaba el hombro de Pete. Varias frutas, como manzanas, melones y mangos, estaban bien dispuestas y parecían deliciosas, pero Pete se las empujó a Vegas y éste no las comió.

Vegas, que llevaba mucho tiempo golpeando el teclado, frunció el ceño al ver que el frutero se le acercaba y miró a Pete.

- No tengo apetito. Coma un poco, Pete

- Ah… yo tampoco tengo mucho apetito

- Ahora que lo pienso, el tío dijo que también cenó muy poco esta noche, ¿está enfermo?

- … No, pero estoy teniendo náuseas matutinas, así que de alguna manera estoy un poco sensible al comer

Las náuseas matutinas de Pete empeoraron al pasar los días. A menudo lo veía correr al baño mientras comía e incluso cuando estaba quieto, parecía enfermo y cansado. Gracias a eso, su delgado cuerpo perdió más peso y ahora sólo tenía la piel pegada a los huesos.

‘Creo que hay un parásito en el estómago que se come la carne y los huesos de ese hombre, no un niño…’. Vegas no podía entender por qué era adorable y cómo seguía acariciando su estómago.

‘Hmm…’. Vegas golpeó el teclado con sus dedos. ‘¿Por qué sales tan temprano cada mañana?, ¿debo preguntar?’. Estaba preocupado, pero pronto lo dejó pasar. Sintió que no tenía que preguntar eso. No tendría que entrometerse en la vida privada de Pete así como la suya propia.

Divorce to twilight [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora