El Apache -𝐷𝑎𝑛𝑖𝑙𝑜 𝑆𝑎́𝑛𝑐ℎ𝑒𝑧-

𝕮𝖆𝖕 𝖉𝖎𝖊𝖎𝖘𝖊𝖎𝖘: Una gran amistad vale más que todo.

Sheila se encontraba encerrada en su cuarto desde la mañana sin querer salir, comer, o si quería hacer algo. El día estaba horrible, llovía como si se fuera a caer el mundo y no se podía ni asomarse a la ventana.

Sergio intentó todo el día animar a su hija para que haga algo, pero nada servía. La invitó a lo de cochi, y nada, le dijo para ver el partido y la respuesta fue la misma, un simple "no quiero".

El mayor ya sin saber que hacer para que Sheila se ponga de humor no se le ocurrió mejor idea que llamar a quien se volvió su mejor amigo en este último tiempo; Carlos, que ni bien escucho el llamado de Tata aviso que iba a salir a la casa de la joven un rato y corrió hasta ella para ver qué le pasaba a su amiga, y también ver si la podía ayudar a salir de esa onda.

—¿Puedo pasar? — pregunto el de rulos tras llamar dos veces a la puerta.

—pasa— le cedió el paso la teñida, pero se podia notar en su voz como algo no estaba bien.

El morocho al pasar dentro de la habitación de bicha, noto cómo esta se encontraba mirando por la ventana de su pieza la lluvia que caía un poco más calmada.

—eh, ¿Que te pasa? Tú papá me dijo que no te sentías bien y vine pa' ver qué onda. ¿Está todo bien? — consulto Carlos algo preocupado por su amiga.

—hoy se cumple cinco meses de la muerte de mi vieja... Y el día no ayuda que digamo'— comentó con una risa al final como para aliviar un poco lo que dijo.

—uh... Ya veo por qué andas así... — murmuró algo penoso.

—na, no me tengas pena que no me gusta que la gente piense que estoy mal. Encima, ya está, ya fue— se levantó para agarrar algo de un cajón. Pero Carlos veía que lo que decía no era verdad, no había pasado.

—no tenes que disimular conmigo, eh. Soy tu amigo y me podés contar las cosas. Encima yo vine para que te pongas mejor, así que vamos.

—¿A donde? Si esta lloviendo, estúpido.

—esa es la mejor parte. Dale, vamos antes que tú viejo se entere que salimos y nos cagué a pedo— apuro extendiéndole la mano. Y aunque Sheila dudo en tomarle la mano termino aceptando y corrieron fuera de la casa de ella.

≈≈≈

Salieron corriendo por todas la cuadra mojándose, pero divirtiéndose entre los dos mientras reías como locos por todos lados. Solo eran los dos amigos jugando bajo la lluvia sin pensar en otra cosa.

Y después de horas de lluvia está se fue yendo, dejando un atardecer hermoso el cual los dos amigos lo apreciaron arriba de un edificio, sentados en la orilla de ella.

—che, bicha— hablo Carlos sin sacarle la mirada al atardecer, y ni Sheila que respondió con un "mhm".
—yo siempre voy a estar para vos, siempre podés venir. Cuando me necesites, ahí voy a estar.

Sheila miro a su amigo con unos ojos de amor enorme, y no como si estuviera enamorada, si no como amistad. Una mirada de aprecio, amor, calidez, y confianza.

—yo también voy a estar para vos, negro. Te volviste mi mejor amigo y sos lo mejor que tengo. Te quiero, negro— expreso con una sonrisa sincera.

—yo también, bicha— ambos se sonrieron con calidez. Para después la teñida despeinar el cabello del de rulos en un acto de juego, riendo un poco los dos.

≈≈≈

Volvían los dos todavía empapados a la casa de la teñida. Riendo sobre boludeces y hablando sobre la enamorada de Carlos, quién era Mariela.