Cap 26 - Hacia un futuro incierto

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Esto no tenía ningún sentido, si me quería liberar, ¿por qué no lo hizo ella misma cuando entró a la celda? Además, ¿por qué lo haría y por qué esperaría?

—Heline, ¿dónde hablaste con ella?

—En el hotel en el cual nos estábamos quedando —respondió ligeramente extrañada.

—¿Apareció y tú quisiste hablar con ella?

—Claro que no, de hecho, atravesó la pared y habló en voz alta sin previo aviso.

«¿Será eso lo que hizo en la comisaría? ¿Atravesar los barrotes? Con razón no escuché ningún ruido cuando llegó»

—¿Qué hiciste?

—Me puse en posición defensiva tan rápido como pude y la miré a los ojos.

«Eso significa que sí tuvo tiempo de reaccionar»

—¿Qué hizo ella?

A pesar de acabar de despertar de "un trance", ya estaba realizando un interrogatorio sin darme cuenta.

—Dijo "si te interesa que Rafael permanezca con vida, escucha con atención lo que te voy a decir"

«¿"Seguir con vida"? ¿Me iba a matar?»

—¿Luego...? —Sin importar lo que dijera, estaba seguro de que me serviría para evaluar la situación.

—Me contó dónde encontrarte y me dió la llave de tu celda; "si no lo sacas antes del mediodía para llevarlo lejos, morirá".

«¿Antes de mediodía? ¡Entonces algo pasará a esa hora!»

—Heline, ¿tienes tu celular contigo?

—Sí, ¿por qué? —Lo sacó de su cartera al poco tiempo.

—¿Qué hora es? —encendió la pantalla para revisar.

—Son las doce en punto —giré de inmediato para ver la ciudad.

Nos encontrábamos en un punto clave desde donde se podía observar la ciudad de forma segura, solo un francotirador podría significar una amenaza real, mas era improbable.

Se vió una explosión grande y que algo se estaba quemando, Heline también volteó a ver, abriendo extensamente sus ojos al mirar ¿Acaso sabía cuál edificio se encontraba en llamas?

—¡La estación de policías! —Se levantó e intentó correr hacia ella.

«Si dejo que se vaya, o se muere, o la matan.»

—Detente. —Me paré del suelo para frenarla sosteniendo su muñeca derecha.

—¿¡Por qué!? ¡Debe haber gente ahí! ¡No solo criminales, oficiales también! ¡Gente inocente! —intentó safarse sin saber que apretaría mi agarre aún más.

—Piénsalo, no podemos ir por más de una razón. En primer lugar, está muy lejos, no llegaríamos a tiempo; en segundo lugar aunque corriéramos a toda velocidad, no salvaríamos a nadie; tercero, tú más que nadie viste el caos en el que está envuelto la ciudad, probablemente nos matarían en el proceso de proteger vidas.

Segundos después, sentí que su impulsividad desapareció, así que dejé de agarrarla al notar que recapacitó.

—Por eso es que ella te dijo que me saca... —Al decir esta frase, me di cuenta que había ignorado algo importante.

«¡Falme le avisó!»

—¡Ella sabía de la explosión! ¡Sabía que todo esto iba a suceder! —Heline estaba tan sorprendida como yo.

Una Tormenta Duradera (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora