Cap 16 - ¿Eso es normal?

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Me dolía la cabeza, no recordaba lo que pasó, pero sentía que estaba sobre una superficie dura, tal vez el suelo; así que decidí abrir los ojos y levantarme lentamente.

Cuando miré a mi alrededor, miré que estaba exactamente en el mismo lugar donde me había desmayado hace ya unos días, es decir, había regresado.

Poco tardé en darme cuenta que no era el único, también estaban Heline y… ¿los hermanos que conocimos en la institución? ¿Cómo es que habían logrado seguirnos?

Decidí estirarme un poco para aumentar mi oxigenación logrando aumentar las probabilidades de que mi molestia desapareciera.

El malestar ya se me estaba pasando; al mismo tiempo, la chica de ojos esmeralda se había comenzado a levantar también.

—¿Qué pasó? —Se notaba que no estaba del todo bien, tal vez tenía jaqueca al igual que yo.

—No lo sé, pero abre los ojos. —Le respondí tranquilo.

Me hizo caso y, aparentemente, entendió que habíamos regresado, e incluso parecía también estar confundida por la situación.

—¿Qué hacen ellos aquí? —dijo mirando a los muchachos.

—Tampoco lo sé, vamos a despertarlos. —Me acerqué a Blade y comencé a sacudirlo suavemente, pero como no respondió, comencé a aumentar la intensidad.

No tenía paciencia y mi dolor de cabeza no terminaba de desaparecer: así que, decidí utilizar una de las cuchillas que traía consigo para despertarlo, mas cuando agarré una e iba a cortarlo, despertó y frenó mi mano sin siquiera abrir los ojos, ¿eso es normal?

—¿Quién te dió permiso de hacer eso? —A pesar de haber recobrado la consciencia, no parecía entender las cosas, aunque realmente sólo se estaba preocupando porque lo iba a cortar.

—Eso no importa, levántate y mira a tu alrededor. —Me paré del suelo y sólo esperé a que hiciera lo mismo.

Me hizo caso, al parecer su hermana igual, y poco después de observar su entorno se dieron cuenta de dónde estaban.

—Este lugar es…

—…justo donde se encontraba el hotel—complementó Gunner a las palabras de su hermano.

—Es cierto, ustedes ya estuvieron aquí antes; es raro que lo reconocieran tan rápido, pero supongo que después de lo que pasó, es normal —comentó Heline.

—Si estamos en el mundo real, eso significa que nuestros cuerpos volverán a la normalidad y nuevamente nos exigirán cosas como comida y bebida, ¿ustedes sí tienen a dónde ir? —pregunté preocupado.

Ambos se pusieron a pensar en ello para dar una respuesta al poco tiempo.

—Es cierto, pero no queremos ser una carga, ya hallaremos qué hacer —dijo Blade.

—¿Seguros? Recuerden que no estamos en ese lugar y aquí sí hay más personas junto con muchos otros peligros —habló la chica de ojos esmeralda.

—Sí, tranquila, si pude lidiar con este idiota, claro que puedo con el mundo real. —respondió la chica de cabello castaño oscuro.

—Lo mismo digo.

No estaba muy convencido, habían pasado varios años desde lo que ocurrió, así que muchas cosas podrían haber cambiado y ellos podrían perderse con facilidad.

—Pero incluso así, ¿qué harán para esconder sus armas? Es decir, ninguna persona común y corriente va a estar cargando armas consigo en todo el cuerpo. —Me detuve para inhalar más aire. —Si alguien los ve así, podría asustarse, e incluso los podrían meter a la cárcel por porte ilegal de armas, aunque no sean adultos, igual pueden parar a la cárcel en sus…

—Dieciséis; tenemos dieciséis años y no hay ninguna necesidad de que se preocupen por nosotros. Lo mejor será que vayan a sus casas y se relajen, nosotros nos las arreglaremos solos. —Me interrumpió Blade con un tono bastante serio y decidido.

Me había concentrado tanto en qué harían ellos, que ni siquiera me fijé que estaba anocheciendo y nuestras cosas (por lo menos lo que no fuera un arma) estaban tiradas en el suelo.

Parecía que estaban decididos y por nada cambiarían de opinión, así que simplemente no pusimos queja y sólo aceptamos con la cabeza.

—Se ve exactamente igual que la última vez; claro, sin el hotel ni ninguna de sus instalaciones —dijo el muchacho al aire.

Nos quedamos mirando por unos más los alrededores mientras recuperábamos nuestros sentidos a la vez que permanecíamos en silencio. El malestar ya había desaparecido y ninguno estaba fatigado, a excepción de mí que sentía un enorme cansancio y un dolor en la espalda.

—Ya de noche y no es bueno que permanezcamos aquí; esta calle es un lugar ciertamente intrigante y tampoco queremos encontrarnos con esa mujer —dije en voz alta.

—¿Te refieres a…? —preguntó Heline.

—Sí, de hecho, antes de desaparecer de ese lugar y reaparecer acá, nosotros nos encontramos con ella.

—No sé qué tenga esa mujer ni por qué tenemos que irnos, pero si es así, entonces ya nos vamos —dijo Blade para luego ponerse al lado de su hermana.

—Así es, nosotros ya nos vamos, si quieren, mañana nos encontramos aquí mismo y así nos ponemos al día —comenzaron a alejarse.

—Cuídense. —Se despidió la chica de ojos verdes.

—Igualmente —respondí para empezar a caminar siendo el último irme de ahí.

El trayecto estuvo tranquilo, no pasó nada especial además de que nadie se dió cuenta de mi arma. Estaba demasiado cansado como para ponerme a investigar algo o hacer cualquier cosa.

Al llegar a mi casa, sólo me preparé algo para comer, bebí agua, lavé los platos sucios para después tomar un baño. Al terminar, me dirigí a mi cuarto y cuando iba a tomar mi diario, recordé que se me olvidó agarrarlo por lo que quedó en el suelo.

Después de regañarme a mí mismo por ser tan descuidado, me acosté a la cama listo para dormir hasta el día siguiente, pero sentí algo en mi espalda, por lo que rápidamente me apresuré a levantarme e inmediatamente traté de ver de qué se trataba.

Eran justo las cosas que olvidé traer conmigo y también estaba el cuchillo que Blade me dió, pero ahora con una funda negra. Me apareció extraño, pero estaba demasiado cansado para pensar en ese momento.

Simplemente actualicé el libro, lo guardé al igual que el arma blanca. Después de eso, simplemente me acosté para quedarme dormido rápidamente sin esfuerzo alguno.

Una Tormenta Duradera (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora