Cap 27 - Encuentro inesperado

0 0 0
                                    

...

Ya había pasado tiempo de haber anochecido, todo estaba oscuro; si tuviera que adivinar, diría que era de madrugada. A pesar de haber caminado por horas, aún faltaban unas más para encontrar la ciudad más cercana. Incluso si no nos íbamos a quedar, nos serviría para buscar cosas que podríamos necesitar para el viaje o alguien que nos ayudará.

—¿Heline? —Mi voz se oía apagada y ronca, se me olvidaba que la última vez que lo hice fue ayer en la mañana.

—¿Sí? —Me volteó a ver mientras seguía caminando a paso lento.

—¿Qué vamos a hacer? —En este estado no podría realizar una buena estrategia de la nada.

—La autopista está cerca —dijo a la vez que llevaba la delantera, ¿cómo podía ver en esta oscuridad?

—¿En serio? —aceleró el paso de repente.

—¡Sígueme! —Luego de oír esas palabras, decidí hacerle caso porque era la que se encontraba en mejores condiciones; para evitar tropezar con algo solo calculé dónde había pisado para seguirla.

Al poco tiempo llegamos a la carretera y entendí por qué, venía una casa rodante grisaséa en nuestra dirección. Mis ojos se abrieron de forma extensa al notarlo, ¿cómo podía hacer que nos notaran a nosotros? Luego de mirar al rededor, opté por agarrar una piedra y tirarla a una de las puertas cuando de encontraban a cinco metros de distancia si tuviese que adivinar.

En la brevedad se detuvo y a pesar de que mi vista estaba un poco mejor por las luces la camioneta, solo distinguí una silueta alta con cabello largo aparecer cuando me apuntaba con algo.

«¿Una daga? No, la esquivaría antes de que me diera ¿Un bate? No, es demasiado corto para ser uno; tiene que ser algo con lo que me podría atinar a distancia sin moverse, entonces tiene que ser... ¡un proyectil!»

Para el momento en que decidí realizar un movimiento para esquivarlo, Heline también hizo uno, pero fue para acercarse. Al escuchar el disparo, me preocupé de que le hubiese impactado a ella, más su tomo de voz me alivio al no sonar herida.

—Somos nosotros —¿Los conocía?

Al mirar mejor ambas siluetas, pude ver qué la desconocida se veía bastante familiar, la había visto en alguna parte.

—¿Heline? —al escuchar esa voz, la reconocí de inmediato: Gunner.

—Sí, ¿quién más podría ser? —noté que bajó el arma.

Decidí acercarme un poco para conversar y aprovechar las luces que venían del interior.

—¿Todo bien allá? —apareció un hombre fornido detrás de ella: Dante.

—¿Quién es el? ¿Están solo ustedes acá? —habló la rubia.

—No me digan que ustedes dos son nov... —Ni siquiera me dejaron terminar la frase.

—¿Qué te pasa? no es mi tipo; ni siquiera somos amigos —dijo la pelinegra algo indignada.

—Además, la diferencia de edad tampoco ayuda, soy policía, ¿sabes? —complementó el ex-militar en un tono relajado.

A pesar de que hace unos momentos el ambiente indicaba que habría un combate a la vuelta de la esquina, ahora todo tenía un tono más informal, algo cómico, aunque se volvió un poco incómodo con el silencio que se creó.

—¿Van a pasar o no? —preguntó Gunner antes de darse media vuelta para volver a entrar.

—Ah, sí. Rafael parece un zombie en la condición que está, necesita descansar. —Heline le sonrió y pasó primero.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una Tormenta Duradera (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora