El jardín de prácticas estaba envuelto en una quietud inquietante. Los árboles secos que bordeaban el campo de entrenamiento arrojaban sombras largas y retorcidas bajo la luz pálida de las tres lunas. En el centro del terreno, Johnny, el capitán de la caballería real de Philos, sostenía su enorme espada, una hoja brillante de color azul, que simbolizaba su lealtad y su poder en defensa de su gente. Cada movimiento era preciso, cada golpe calculado, mientras practicaba en solitario, el eco del metal resonando contra el viento helado.
Pero Johnny no estaba solo.
De repente, una ráfaga de viento agitó el jardín, y la figura de Ten apareció entre las sombras, con una furia contenida en sus ojos. No era frecuente que Ten, el Centinela omnipresente y siempre sereno, mostrara una emoción tan cruda. Sin embargo, esta vez era diferente. Esta vez, se trataba de Jaehyun.
—Johnny —gritó Ten, su voz cargada de enojo y angustia.
Johnny no se inmutó de inmediato. Giró lentamente, como si hubiera estado esperando esta confrontación desde el momento en que Jaehyun cruzó el portal. Su rostro no mostraba sorpresa. Solo serenidad, teñida con un atisbo de frustración.
—No tengo nada que discutir contigo, Ten —respondió Johnny, su tono frío, controlado. Bajó su espada y dio un paso atrás, girando sobre sus talones con la intención de continuar con su práctica, como si la presencia de Ten no fuera más que una molestia.
Pero Ten no iba a permitir que se desentendiera tan fácilmente. Se movió rápidamente, colocándose frente a Johnny, su expresión tensa.
—¿Cómo te atreves a pensar siquiera en algo así? —La voz de Ten era grave, temblando ligeramente por la mezcla de rabia y desesperación. —No dejaré que lo hagas. No permitiré que le hagas daño a Jaehyun.
Johnny se detuvo en seco, su mirada afilándose mientras observaba a Ten. Su paciencia estaba al límite. Apretó los dientes antes de responder con frialdad.
—Estás cegado por ese amor incondicional que tienes hacia Jaehyun, Ten. —Hizo una pausa, su tono lleno de reproche. —Jaehyun solo ha puesto en peligro a la gente que juró proteger cuando se le otorgó su título. Tú no lo entiendes porque estás demasiado involucrado emocionalmente.
La ira en los ojos de Ten creció, pero estaba teñida de una profunda angustia. Dio un paso adelante, tan cerca de Johnny que casi podía sentir su aliento.
—No me importa lo que tú pienses. Las Tres Lunas han hablado. Las acciones de Jaehyun son correctas —replicó, su voz firme, aunque una pequeña vacilación se asomaba en sus palabras. Sabía lo que Jaehyun había hecho, pero aún creía en él.
Al escuchar la mención de las Tres Lunas, Johnny frunció el ceño y dio un paso hacia Ten, su rostro endurecido por la molestia.
—¿Las lunas? —Johnny escupió las palabras, su tono lleno de incredulidad. —Yo creo en la realidad, Ten, en lo que puedo ver y proteger con mis propias manos.
Alzó ligeramente la espada para enfatizar sus palabras, el brillo azul reflejando su determinación.
—Protegeré a mi gente de acuerdo con lo que el reglamento exige, y Jaehyun lo rompió.
Johnny dio media vuelta, con la clara intención de dejar la conversación atrás, pero antes de que pudiera dar más de un paso, Ten lo tomó del brazo, sus ojos brillando con una furia silenciosa.
—No eres quién para cuestionar las decisiones de las Tres Lunas —dijo con la voz al borde de quebrarse, el dolor latiendo en su pecho mientras pensaba en Jaehyun. —No te permitiré hacerle daño.
Johnny se detuvo nuevamente, su postura tensa, y esta vez giró rápidamente para enfrentarse a Ten, acercándose a él hasta que ambos quedaron a escasos centímetros. La espada de Johnny aún colgaba en su mano, pero el verdadero peso de su amenaza estaba en sus ojos.
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Hundred Long Years| Jaeyong
FanfictionUna noche, mientras las tres lunas de Philos se alineaban, la señal llegó. Una luz tenue, apenas visible en el horizonte, pero suficiente para que Jaehyun la sintiera en lo más profundo de su ser. Taeyong había regresado. ⏱️Jaeyong ⏱️¡Sinopsis larga...