Mark luchaba por mantenerse en pie. La sangre empapaba su mano mientras seguía presionando la herida de su hombro, cada paso era doloroso, pero no tenía tiempo para descansar. Con un esfuerzo casi sobrehumano, consiguió sacar la estaca de hielo de su carne, arrojándola al suelo con un golpe seco. Se tambaleó por el dolor, pero apretó los dientes y corrió hacia Ten, quien seguía inmóvil, con la mirada perdida y el rostro congelado en una expresión de terror.
—¡Ten! —gritó con desesperación, zarandeándolo con ambas manos. —¡Despierta!
Ten permanecía inmóvil, con sus ojos transformados en un vasto cielo blanco cubierto de diminutas estrellas. Parecía atrapado en una visión, o en algo mucho más profundo, lejos del alcance de Mark.
El joven siguió llamándolo, sacudiéndolo con fuerza, sin lograr sacarlo de ese extraño trance.
De repente, la puerta fue pateada con fuerza, abriéndose de golpe. Johnny y varios miembros de la guardia real entraron en la sala, moviéndose con rapidez y urgencia. Johnny no perdió un segundo en acercarse a Ten, sujetándolo por las mejillas y tratando de llamar su atención.
—Ten —Exclamo Johnny, agitando su rostro, pero el centinela no respondía.
Era como si su mente estuviera en otro lugar, atrapada en un abismo desconocido.
Mark, jadeando y con la respiración entrecortada por el dolor, miró a Johnny con expresión preocupada.
—¿Qué le ocurre? ¿Por qué no reacciona? —preguntó con voz temblorosa, sintiendo una opresión en el pecho al ver el estado de Ten.
Johnny gruñó, sus cejas fruncidas con una mezcla de frustración y rabia.
—Esto es obra de Yuta —respondió con la mandíbula apretada. —Yuta ha jugado con su mente, lo ha estado manipulado de alguna manera.
Mark abrió los ojos con incredulidad y sorpresa, sin dejar de presionar su herida.
—¿Pero cómo? Ten es un centinela... —balbuceó. —Su mente debería ser una fortaleza
Johnny negó con la cabeza, exhalando un suspiro frustrado, su mirada reflejaba una comprensión amarga.
—Yuta lo calculó todo. Ha estado preparando esto desde hace mucho tiempo —dijo con voz grave. —Ahora entiendo cuál era su plan
Mark sintió una punzada de confusión y urgencia al escuchar aquello. El aire se volvía más denso, y su herida ardía como si el hielo aún estuviera incrustado en ella, pero no había tiempo para más preguntas. Justo cuando abrió la boca para interrogar al capitán, Johnny sacó un manojo de llaves de su cinturón y se las lanzó con fuerza.
Mark las atrapó torpemente, sus dedos ensangrentados resbalando sobre el metal frío.
—Ve a los calabozos y libera a Jaehyun —ordenó Johnny, su voz firme y decidida. —Yuta se ha llevado al principe a la zona helada.
El corazón de Mark dio un vuelco. La zona helada, era un lugar donde no cualquiera podía sobrevivir; el aire allí era más pesado y gélido de lo que cualquier philiano podría soportar.
Y para un humano como Taeyong, sería incluso peor, casi imposible mantenerse con vida.
—¡Pero, Johnny! —intentó replicar, pero Johnny le cortó con un gesto firme de la mano.
—¡Ve ahora, Mark! —rugió con autoridad, sus ojos fijos en el joven soldado. —Jaehyun es el único que puede traerlo de vuelta
Mark no necesitaba que se lo repitieran. Asintió rápidamente, ignorando el dolor en su hombro mientras apretaba las llaves con fuerza, y corrió hacia la salida. Su corazón latía con fuerza, no solo por la urgencia de la misión, sino también por el temor creciente que sentía. Jaehyun era la última esperanza de Taeyong, y si no llegaban a tiempo, sabían muy bien lo que eso significaría para el príncipe.
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Hundred Long Years| Jaeyong
FanficUna noche, mientras las tres lunas de Philos se alineaban, la señal llegó. Una luz tenue, apenas visible en el horizonte, pero suficiente para que Jaehyun la sintiera en lo más profundo de su ser. Taeyong había regresado. ⏱️Jaeyong ⏱️¡Sinopsis larga...