El aula de matemáticas estaba en completo silencio, salvo por el sonido de la tiza del profesor al golpear la pizarra mientras explicaba ecuaciones con total devoción. Taeyong estaba sentado en su pupitre, pero su atención estaba muy lejos de los números que aparecían frente a él. Cinco asientos delante, sentado con esa calma que lo caracterizaba, Jaehyun miraba al frente, aparentemente concentrado en la clase. Taeyong, en cambio, no podía dejar de mirarlo.
No quería admitirlo, pero se sentía un poco... molesto. Solo un poquito, se recordó a sí mismo, aunque la realidad era que esa irritación lo había estado carcomiendo desde que Jaehyun lo había abandonado el día anterior sin ninguna explicación. Desde entonces, no había recibido ni una disculpa ni una razón por la que Jaehyun se había ido tan de repente. Y aunque intentaba convencerse de que no era asunto suyo, se encontraba pensando en ello constantemente.
¿Por qué le importaba tanto?
"No es como si fuéramos amigos," se dijo, frunciendo el ceño. Y aun así, cada vez que pensaba en Jaehyun, una oleada de frustración lo recorría. Le prestaba demasiada atención a Jaehyun, y no sabía por qué. Era extraño. Jaehyun era un completo desconocido, alguien que había aparecido de la nada, y, por mucho que intentara ignorarlo, Taeyong sentía una conexión inexplicable hacia él.
Justo cuando se encontraba perdido en estos pensamientos, el profesor habló, interrumpiendo sus cavilaciones.
—Voy a organizar las parejas para el trabajo de mañana
Anunció el maestro con su tono habitual, sacando quejas y murmullos de los estudiantes. Taeyong suspiró, imaginando que, como de costumbre, pediría trabajar solo. Siempre lo hacía. El maestro normalmente lo dejaba porque sabía que Taeyong prefería trabajar por su cuenta.
Pero esta vez, cuando el profesor comenzó a leer los nombres, la voz de Taeyong resonó junto a la de Jaehyun. Los ojos de Taeyong se abrieron de par en par. ¿Había escuchado bien? ¿Estaba emparejado con Jaehyun?
"¿Qué tiene el mundo en mi contra hoy?" pensó, sintiendo una mezcla de sorpresa y una extraña inquietud en su pecho. El universo parecía estar conspirando para arrastrarlo hacia Jaehyun, aunque no sabía si realmente lo odiaba tanto. No se quejaba, claro... pero no iba a admitirlo.
La clase continuó en su ritmo habitual, pero Taeyong apenas podía concentrarse. Su mente estaba dividida entre el trabajo en parejas y Jaehyun, y no supo cuándo la campana sonó. Se levantó rápidamente, dispuesto a buscar una explicación del profesor. Se acercó al escritorio, donde el maestro guardaba sus pertenencias.
—Profesor Kim ¿Por qué no me dejó trabajar solo esta vez? —preguntó Taeyong, intentando mantener la calma.
El profesor solo suspiró, acomodándose las gafas mientras respondía con voz cansada.
—Es hora de que socialices un poco más, Taeyong. Jaehyun es un alumno nuevo, y creo que podrías ayudarlo a integrarse mejor en la clase.
Taeyong abrió la boca para protestar, pero antes de que pudiera decir algo más, el maestro tomó su bolso y salió del salón, dejándolo ahí, sin respuesta. Dejó escapar un suspiro derrotado, sabiendo que no había nada que pudiera hacer para cambiar la decisión.
De repente, sintió una presencia a su lado, y al girarse, vio a Jaehyun parado allí, con esa misma expresión serena de siempre.
—Hola —dijo Jaehyun, su voz tan tranquila como siempre.
Taeyong parpadeó, sorprendido por su proximidad, y le devolvió el saludo, aunque no pudo evitar sentir una ligera molestia todavía. Se colgó la mochila al hombro y comenzó a caminar fuera del salón, esperando que Jaehyun lo siguiera.
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Hundred Long Years| Jaeyong
Hayran KurguUna noche, mientras las tres lunas de Philos se alineaban, la señal llegó. Una luz tenue, apenas visible en el horizonte, pero suficiente para que Jaehyun la sintiera en lo más profundo de su ser. Taeyong había regresado. ⏱️Jaeyong ⏱️¡Sinopsis larga...