Mitsuki emborrachó a Izuku.
Y es que ya todos sabemos que Midoriya no era el mejor bebedor, ¿verdad? Prácticamente se fue de su mundo por andar de alcohólico. Pero eso no lo sabía Mitsuki, quien entre charla por aquí y charla por allá, terminó dándole una botella completa.
Botella la cual parecía de sospechosa procedencia. ¿Él alcohol podía vencerse? Eso pensaba Izuku mientras bebía de su vaso. Luego de dos horas, Deku estaba completamente inconsciente sobre la cama y rodeado de pequeños dragones que parecían encantados por el calor corporal que había adquirido el pecoso por el alcohol.
Mitsuki se limpió la barbilla de las gotas que caían por beber tan rápido y se levantó de la cama para ir hacia su escritorio. Agarró un libro en cual al abrirlo estaba con las hojas en blanco y lo colocó al costado de Deku.
Se sentó a esperar que sucediera algo. No quería admitir que era impaciente, pero esperaba que esas dichosas pesadillas no sucedieran entrada la madrugada. Pasó una hora, luego otra y la rubia ya estaba durmiendo con la cabeza hacía atras a punto de caerse. Sin embargo, todo el sueño se le fue de golpe cuando escuchó los quejidos de dolor de Izuku.
Se levantó de golpe acercándose y observando como Deku parecía que no podía respirar, en la zona de su mejilla aparecieron marcas oscuras como si algo le hubiera quemado e incluso sudaba frío. Mitsuki acercó aún más el libro y agarró la mano de Izuku para colocarla sobre las páginas en blanco.
Las hojas en blanco empezaron a brillar de a poco, y la mujer pudo observar como se iba escribiendo algo con gran velocidad.
A medida que Izuku parecía sufrir más, las páginas se escribían solas a una gran velocidad.
Cuando vio que ya era suficiente, Mitsuki cerró el libro y se acercó para tratar de despertar a Izuku.
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Bakugo estaba sentado al costado de Izuku, observando como la máquina sonaba con los latidos. Los tubos saliendo por su cuerpo y la piel pálida del pecoso le saban un dolor en el pecho.
Miro hacia la ventana y vio que pronto sería de mañana, había pasado dos días seguidos ahí, sin despegarse de...su amigo...
Necesitaba ver sus ojos, confirmar que estaba vivo, que no solo era su cuerpo vacío, sin vida. Aunque la máquina le dijera otra cosa, él quería algo más sólido.
Sujeto la mano de Izuku y la entrelazó con la suya. Bajó la cabeza y cerró los ojos pidiendo en silencio.
—¿D-donde estoy...?
Bakugo levantó su rostro de golpe. Los ojos verdes de Izuku lo atravesaron, sus ojos brillaron por las lagrimas contenidas.
—¡Deku! Deku, maldita sea, Deku —susurró al final. Su mano busco la mejilla de Izuku y lo acaricio.
El pecoso solo lo miraba, en completo silencio. Parecía que le costaba respirar un poco y se removió incómodo, pero no decía absolutamente nada.
—Eres un inútil, ¿Cómo pudiste dejar que te pasará algo como...? No importa, no te atrevas a morir, ¿lo entiendes? —Katsuki lo señaló con un nudo en la garganta.
Su rival, su amigo de la infancia, incluso su enemigo. No podía dejar que muriera, su amistad habia mejorado durante todos esos años.
Cuando volvió a mirar a Deku, este balbuceo algo que no se podía entender bien por la mascarilla. Entonces Katsuki se acercó para escucharlo mejor.
—¿E-esto... es un sueño? ¿Q-quien eres? —preguntó.
Bakugo se tensó.
—¿Qué?
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Izuku se despertó asustado, como si su alma hubiera regresado de golpe a su cuerpo. Buscó desesperado algo a lo que aferrarse y ahí estaba Mitsuki. Quien con los ojos bien abiertos se cayó de trasero al suelo con libro en mano.
—¡¿Q-que pasó?! —se tocó su pecho y luego su mejilla donde por alguna razón sentía una rara calidez.
La mujer no le dijo nada. Ella solo estaba leyendo el libro con una rapidez inhumana. Las antorchas estaban encendidas y eso cegó por un instante a Izuku. Este gateo hasta el borde de la cama y ya más calmado, se estiró para ver que leía Mitsuki.
—¿Se encuentra bien? —preguntó bajando de la cama hasta quedar al costado de la madre de Kacchan.
Vio que leía algo, las letras eran diferentes a lo que él había aprendido alguna vez. No se dejó sorprender, pues era obvio, estaba en otro mundo.
—Midoriya, ¿Estas seguro que vienes de otro mundo? —preguntó de pronto. Se giró a verlo.
Deku ladeó el rostro, sin entender a lo que se refería. Era obvio, podía recordar a la perfección como era su mundo original.
—Sí, es un mundi diferente a este. Ahí también era héroe —contó cruzando sus piernas.
—Esto es raro...podrías contarme...¿Sabes como All Might llegó a este mundo?
—No, nadie me lo dijo —Se rascó la nuca—, pero se que hizo un gran trabajo aquí.
Mitsuki se levantó de golpe, colocando el libro en medio de su escritorio. Las letras en las hojas, brillaban.
—All Might murió en su mundo cuando aún no había cumplido su misión en la vida, por lo cual eso lo envió aquí. Apareció a la edad de 20 años y murió a sus 80 años. Ahora... —señaló un punto en el libro—, aquí aparecen ni una sola vez una muerte.
Deku frunció el entrecejo. Se acercó al escritorio.
—No entiendo, yo recuerdo que un auto me chocó y todo se volvió negro, luego aparecí aquí.
Mitsuki negó de nuevo. Izuku trató de leer lo que estaba escrito en las páginas. Pero no podía, no entendía nada de lo que estaba plasmado ahí. Igualmente revisó las otras hojas y en una de ellas vio un diamante partido en tres, ladeó el rostro sin entender. Regresó a las primeras páginas. Resignado, dejó el libro en la mesa y se giró para ver a la mujer de mediana edad.
Mitsuki sujeto a Deku de las mejillas y observó muy fijamente sus ojos.
—Tu no has venido a este mundo, Midoriya. Fue tu alma, y el cuerpo que tienes no es tuyo.
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Borrador de El Amor de mi Vida
FanfictionEs la primera versión de la historia, si desean leerla para compararla con la versión oficial, aqui se los dejo. Recuerden que esta versión tiene muchos errores.