Elígeme a mí

Acto 9

Pasaron los días, pasaron las semanas, pasaron los meses, y, justo antes de las vacaciones de verano, Kurogane invitó nuevamente a esa niña de ojos esmeraldas, como siempre, intentando que ella accediera.

—Mi hermosa violinista del diablo, ¿Puedes? —sonríe seductoramente—. Me tienes como quieres.

—Yo no hago nada Hanagemaru, solo estoy declinando tu cortés invitación.

—¿Cuándo será el día qué accedas a salir otra vez conmigo?

—Ja ja ja, sabes que no es de mi agrado saber qué es el costo y qué lo intentes pese a todo.

—Déjame conocerte.

—Pero sí ya me conoces. —Sonríe.

—Ja, saber que eres una ambivalencia no es conocerte.

—Es más de lo que cualquiera sabría de mí.

—¿Hasta dónde puedo llegar contigo? —le dijo acercándose lentamente a ella.

—Hanagemaru —dijo nerviosa.

—¿Te pongo nerviosa? —sonríe seductoramente—. Eso es nuevo, ¿Qué más te provocó?

—Ja ja ja, para tu tren —detiene su avance poniendo sus dedos en el pecho de él—, no quiero que Touya te haga daño.

—Sakura —susurro—, ¿Por qué te importa?

—Sakura —gritó Touya.

Sakura cerró sus ojos, no fue necesario que dijera nada, su cara lo decía todo, decía que era justamente lo que quería evitar.
—Es hora de irme Hanagemaru.

—Ja ja ja, me lo debes.

—Yo no te debo nada senpai. —Sonríe y se va con Touya.

Al ir caminando esos dos por los largos pasillos de la escuela secundaria Kaze, Sakura miraba con irritación a su mejor amigo, mientras le reclamaba, cómo era su costumbre.
—Se puede saber ¿Por qué mierdas lo has vuelto a hacer?

—Es él…

—¿Qué te hace?

—Intenta robarme lo más importante para mí.

—Hanagemaru no intenta nada, dejá ya tus celos Touya… Toto, eres sumamente importante para mí, no me hagas esto, no me hagas elegir.

—¿Elegir? Enana.

—No, no hablo de él sobre de tí, habló de elegir entre tú y yo… Porque déjame decirte que vas ganando terreno.

—Enana…

—Ya no puedo Toto —se quiebra y comienza a llorar—, ya no puedo —se barre su voz—. Puedo tolerar tus celos, puedo tolerar tu posesividad, puedo tolerar que me pidas que no tenga amigos, pero cada vez me pides más, y yo simplemente no puedo negarme. Me estás ganando terreno, Touya, por favor.

—P-perdóname enana, no sé qué me pasa cuando te veo cerca de él, siento que mi mundo entero colapsa, y te veo sonreírle, y coquetear con él y me ganan los celos, ¿Por qué coqueteas con él?

—¿Quieres qué coquetee conmigo? Lo hago, pero por favor Touya. Dame algo de mí.

—Enana.

—Por favor Touya, necesito más de mí. Dame más de mí.

—Ok está bien —dice alterado.