Era enero de hace once años, llegaban a una pequeña localidad alejada del ajetreado bullicio de la gran ciudad Tokio, una familia de tres miembros. Kōzan era conocida por sus grandes zonas boscosas, pero una en especial, Kōzan no Kokoro, misma que se volvía el centro del pueblo, junto con el templo Kōzan Seishin-ji, bajo el cuidado de Tsukuyomi, la diosa de la luna, qué según la mitología, es la principal fuerza de los bosques. También, el pueblo contaba con un bello parque, el Kōzan Kōen, qué, aunque pequeño, era una pequeña muestra de la majestuosidad de los bosques de Kōzan.
Una pequeña niña de ojos esmeraldas, divisaba sus alrededores con mirada curiosa, viendo las grandes diferencias que significaban esa localidad a comparación de esa urbe llamada Tokio.
—Mami, hay un templo, quiero ir al templo.
—Vamos a ir preciosa, pero antes hay que llegar a casa.
—¿Cómo será casa?
—Será un departamento princesa —respondió su padre—, como en Tokio.
—Papi, ¿Me repites por qué nos mudamos?
—Claro qué sí princesa, es porque tanto mami como papi quieren que tengas una vida más tranquila.
—¿Por qué? A mí me gusta mucho ir a sus conciertos.
—Lo sabemos preciosa —dice la madre—, pero no es la vida para una niña.
—¿Por qué?
—Ja ja ja, prometo qué cuando crezcas lo entenderás. —Sonríe.
—Está bien mami. Pero, ¿Aún podré tocar el violín cómo papá?
—Claro qué sí princesa, siempre.
—Yeih. —Aplaude.
—Llegamos princesa.
Los ojos curiosos de esa niña divisaron la zona de departamentos en la cual sería su nuevo hogar, sonrió, pues a pesar de las grandes diferencias, se sentía en casa; y tras bajar del automóvil, subía apresurada las escaleras, en su inocencia, tocaba la puerta, esperando que alguien dentro le abriera, al no encontrar respuesta, volvió a tocar, solo que está vez tenía su pequeño ceño fruncido.
—¿Quién es?
La niña abrió grandes sus ojitos esmeraldas, sin embargo no se había dado cuenta qué en su lado izquierdo, había una mujer que la observaba con curiosidad y una enorme sonrisa en su rostro.
—Hola mi niña —la saluda— ¿Serás mi vecinita?
La niña vio a la hermosa mujer de cabellos negros y ojos carmín, se sonrojo un poquito y, tras sonreír le respondió.
—Chi, soy Sakura y vengo con mis papis.—Mucho gusto mi niña, yo soy Yuuko, vivo también con mi familia, mi esposo y mi hijo.
—Woow, ¿Tienes un niño? ¿Podemos jugar juntos? Quiero conocerlo.
—Por supuesto mi niña, cuando vuelva yo le digo.
Llegaban los padres de esa pequeña niña, la veían conversando con esa dulce mujer, la cual se presentaba con propiedad.
—Hola, buenos días, sean bienvenidos a Kōzan, es una pequeña localidad con grandes virtudes, mi nombre es Reed Yuuko, mi familia por ahora no se encuentra, pero en nombre de todos les damos el más cálido recibimiento.
—Muchísimas gracias —sonríe—, soy Amamiya Nadeshiko, mi esposo es Amamiya Gilbert, y mi pequeña, Amamiya Sakura.
—Mami, mami, Yuuko tiene un niño, ¿Podemos ser amigos?

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Elígeme a mí
Fanfiction"Prefiero no intimar con nadie; hacerlo significa qué conozcan mis secretos, mis miedos, mis demonios, y no estoy preparada emocionalmente para eso".